La expectativa sobre Estado Eléctrico era descomunal. No era para menos: con un presupuesto estimado de 320 millones de dólares, la cinta dirigida por los hermanos Russo se convirtió en la película más cara de la historia de Netflix, y eso la obligaba a marcar un antes y un después en términos de audiencia. No empezó mal y parecía destinada a hacer cifras similares a otros estrenos del portal.
Al parecer, y tras las críticas, devastadoras y que evidencian el problema de este tipo de cintas en el vídeo bajo demanda, las primeras cifras oficiales invitan a pensar que el coloso del streaming podría tener otro costoso traspiés entre manos.
El descalabro de 'Estado Eléctrico': la costosa superproducción de Netflix es un éxito en muchos países, pero decepciona en audiencias
Observemos los datos. En su primer fin de semana, y como se esperaba, la ambiciosa odisea de ciencia ficción protagonizada por Millie Bobby Brown y Chris Pratt se coronó como la película más vista de Netflix, escalando al número 1 en 85 países. Sus cifras iniciales hablan de 53,8 millones de horas reproducidas y un estimado de 25,2 millones de visionados. Suena bien, pero el contexto lo cambia todo.

Para ponerlo en perspectiva, basta con comparar su rendimiento con otros estrenos recientes de la plataforma. De vuelta a la acción, con Cameron Diaz y Jamie Foxx, debutó este mismo año con 88,9 millones de horas vistas y 46,8 millones de visionados, a pesar de contar con un presupuesto notablemente inferior.
La tendencia se repite con otros títulos: Equipaje de mano arrasó en diciembre con 84 millones de horas reproducidas y 42 millones de visionados, mientras que la propia Millie Bobby Brown logró mejores cifras el año pasado con Damsel (64,8 millones de horas vistas y 35,3 millones de visionados), con un coste de producción muy inferior al de Estado Eléctrico.
Incluso Atlas, la aventura de ciencia ficción de Jennifer López, obtuvo un mejor desempeño inicial con 56,3 millones de horas vistas y 28,2 millones de visionados… y costó apenas un tercio de lo que ha costado la nueva apuesta de los Russo.
Netflix tiene un problema: sus películas no son relevantes y este tipo de presupuesto es desorbitado
Es posible que algunos consideren injusto hablar de Estado Eléctrico como un fracaso, pero en la industria del cine y el streaming, los números importan. No basta con ser un éxito momentáneo en rankings semanales: cuando una película tiene un presupuesto tan colosal, la exigencia es otra.

La historia nos ha dejado ejemplos recientes de producciones que, pese a recaudar cientos de millones en taquilla, no lograron recuperar su inversión, como Indiana Jones y el Dial del Destino o Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1.
Netflix apostaba fuerte por Estado Eléctrico, confiando en que su historia postapocalíptica y su reparto estelar le permitieran batir récords y destronar a Alerta Roja en el ranking de películas más vistas de la historia de la plataforma. Con este arranque tan discreto, parece poco probable que llegue siquiera a rozar dicho top. Y con 320 millones de dólares en juego, todo lo que no sea un fenómeno absoluto se queda corto.