La industria aeronáutica no descansa. Europa apuesta por el programa Tempest, mientras Rusia diseña su propia versión de un caza invisible. Pero todas las miradas están puestas en China y en alternativas como la sueca. ¿Y qué ocurre con Estados Unidos y el F-35? ¿Se ha quedado atrás en esta particular carrera aérea?
F-35 Lightning II, el caza invisible y supersónico que cuesta 80 millones por unidad
El F-35 Lightning II no es únicamente un caza; es un sistema tecnológico creado para gobernar los aires del siglo XXI. Desarrollado por Lockheed Martin para las fuerzas aliadas de EE.UU. y la OTAN, este avión de combate de quinta generación combina tecnologías de sigilo, sensores avanzados y conectividad sin igual. Su costo, que supera los 80 millones de dólares por unidad, muestra la aspiración de crear el armamento definitivo: un avión furtivo, inteligente y apto para gestionar el combate aéreo como si fuera un ordenador con alas.
El F-35 es capaz de alcanzar velocidades de Mach 1.6 (aproximadamente 1.960 km/h) y operar a altitudes superiores a los 15.000 metros, conservando su perfil sigiloso incluso ante radares sofisticados. Su estructura angular y los materiales que utiliza para absorber reducen su firma electromagnética, lo que le permite acercarse, atacar y desaparecer antes de ser detectado. Asimismo, su aviónica integrada combina información de radar, infrarrojos y satélite en una única interfaz, proporcionando al piloto una perspectiva completa del campo de batalla.
Hay tres versiones: F-35A, F-35B y F-35C, diseñadas para distintas misiones: desde runways convencionales hasta portaaviones o despegues verticales. Más de 15 naciones ya lo emplean o lo han solicitado, estableciéndolo como un estándar global de la fuerza aérea occidental. No obstante, su evolución ha estado llena de controversias: costos excesivos, demoras, errores de software y reproches por su mantenimiento desmesurado.
No obstante, el Lightning II continúa siendo una hazaña de la ingeniería militar, un emblema de cómo el conflicto actual depende tanto de los algoritmos como de la rapidez. En los ejercicios combinados más recientes, los F-35 han obtenido ratios de derribo superiores a 20 a 1 contra aviones de combate de generaciones anteriores. A pesar de sus fallos, ningún otro avión une sigilo, fuerza y conectividad con tal armonía.















