El director y guionista David Lynch, conocido por revolucionar el cine estadounidense con su oscura y surrealista visión en películas como Terciopelo Azul y Mulholland Drive, y por transformar la televisión con Twin Peaks, ha fallecido a los 78 años. En 2024, como os comentábamos en Vandal, Lynch reveló que padecía enfisema tras una vida de fumar, lo que le impidió seguir dirigiendo y de ahí su retirada del mundo del cine y la televisión. Su familia confirmó su fallecimiento con un mensaje en Facebook: “El mundo tiene un gran vacío ahora que él ya no está. Pero, como él diría, ‘Concéntrate en el donut, no en el agujero’”.
Adiós a un grande del cine: David Lynch fallece a los 78 años de edad con un legado de películas al alcance de muy pocos
Nacido el 20 de enero de 1946 en Missoula, Montana, Lynch pasó una infancia itinerante antes de dedicarse al arte en Filadelfia. Allí realizó sus primeros cortometrajes animados y de acción real, antes de mudarse a Los Ángeles en 1971, donde comenzó su carrera como cineasta.
Lynch dejó una marca indeleble con obras que fusionaron horror, cine negro y surrealismo europeo, siguiendo la estela de Luis Buñuel y otros grandes del Séptimo Arte. Películas como Carretera perdida y Terciopelo azul destacaron por su lógica enigmática y atmósferas inquietantes.Tras iniciarse como pintor y cineasta experimental, Lynch debutó en el largometraje con Eraserhead (1977), una perturbadora pieza de culto. Luego, dirigió El hombre elefante (1980), un drama profundamente emotivo que le valió ocho nominaciones al Óscar, incluyendo mejor director.

Sin embargo, su adaptación de Dune (1984) fue un fracaso comercial, marcada por un rodaje complejo y críticas negativas. A pesar de ello, se recuperó con la citada Terciopelo azul (1986), una exploración del lado oscuro de la vida suburbana que consolidó su estilo maduro. Este éxito lo llevó a experimentar en televisión con Twin Peaks (1990), una serie revolucionaria que combinó misterio, elementos sobrenaturales y temáticas tabú, logrando un impacto duradero en la narrativa televisiva.

Aunque Twin Peaks perdió audiencia en su segunda temporada, generó un culto de seguidores que mantuvo viva la franquicia, con una película precuela (Fire Walk With Me, 1992) y una tercera temporada en 2017, que volvió a poner a Lynch en primera línea. El director, arriesgado y particular como pocos, exploró temas como identidades dobles y transformaciones inexplicables en películas como Carretera perdida (1997) y Mulholland Drive (2001), por la que obtuvo el premio a mejor director en Cannes y una nominación al Óscar.

Lynch siempre fue reacio a explicar el significado de sus obras, dejando que el público interpretara sus enigmas. Su influencia en el cine y la televisión fue reconocida con galardones como el León de Oro en Venecia (2006) y un Óscar honorífico (2019). Con su estilo único y provocador, David Lynch redefinió los límites del arte visual y dejó un legado que continuará fascinando a generaciones futuras. Descanse en paz.