Danny Boyle volvió a la carga con 28 años después, la esperada secuela de su icónica 28 días después (2002). Durante la promoción de la película, el veterano director británico, que ya roza los 70 años, confesó en una entrevista que si tuviera que rehacer hoy Slumdog Millionaire —la obra que le valió el Oscar, el Globo de Oro y el BAFTA a Mejor Director—, buscaría a un director joven de la India para ponerse al mando.
Danny Boyle reconoce que hoy no podría hacer 'Slumdog Millionaire': "Me señalarían por apropiación cultural"
Aquella película, estrenada en el Festival de Telluride de 2008, narraba la historia de Jamal Malik (interpretado por Dev Patel), un chico de las barriadas pobres de Bombay que gana un premio millonario en un concurso televisivo. Boyle rodó en Mumbai con un equipo mayoritariamente local, pero siempre desde la mirada del extranjero. “Decidimos que solo unos pocos viajaríamos para intentar contar la historia desde dentro de su cultura, aunque al final, inevitablemente, sigues siendo un foráneo”, explicó el cineasta a The Guardian.

Boyle ve Slumdog Millionaire como una película que pertenece a un momento concreto, uno que ya quedó atrás. El mundo ha cambiado, y con él, la forma de contar estas historias. “Hoy no podríamos hacer algo así, y es bueno que sea así. Hay que repensar el bagaje cultural que arrastramos y qué huella dejamos”, reflexionó el director.
Cuando le preguntaron si su película podría interpretarse como una forma de colonialismo, fue sincero, sin rodeos. “No en sentido estricto, pero todo, de alguna manera, lo es. En su momento, lo que hicimos fue algo casi radical. La apropiación cultural puede ser válida en ciertos contextos, pero no siempre. Estoy orgulloso de aquella película, pero hoy ni siquiera contemplaría hacerla", remata.
Además, Boyle admitió que si estuviera intentando levantar el proyecto ahora, sería imposible conseguir financiación. Por eso, aseguró que apostaría por un talento joven indio para llevarlo adelante. Durante la charla también compartió su filosofía a la hora de hacer cine: un espíritu “punk”, llevándolo todo al límite con la audiencia de su lado. “No digo que mi cine sea revolucionario, pero sí que intento empujar los límites”, concluía.
En 28 años después, Boyle nos traslada de nuevo a ese universo devastado por el virus que asoló Londres décadas atrás, pero esta vez a la Isla Sagrada, una zona al noroeste de Inglaterra donde sus habitantes han logrado mantenerse aislados y protegidos del contagio, al margen de la comunidad infectada. La cinta ha sido un éxito de taquilla en su estreno.