Dan Buettner es, sin duda, uno de los referentes mundiales en el estudio de la longevidad. Su fama se cimenta en la investigación profunda de las llamadas Zonas Azules, esas regiones del planeta donde la esperanza de vida se dispara y los centenarios no son una excepción, sino una realidad cotidiana. Tras años escudriñando las costumbres, dietas y estilos de vida de estas poblaciones, Buettner ha logrado identificar patrones claros que, si se adoptan, podrían alargar nuestra vida y mejorar la calidad de los años venideros.
Dan Buettner descubre cómo alargan la vida los centenarios: el desayuno secreto de las Zonas Azules que cambia las reglas del juego
En lugares tan dispares como Cerdeña (Italia), Okinawa (Japón) o Loma Linda (Estados Unidos), el desayuno no es solo una comida más, sino el pilar fundamental para quienes aspiran a cruzar el umbral del siglo. Pero antes de pensar en grandes cantidades o en caprichos azucarados, es preciso aclarar que aquí no hay lugar para la bollería industrial ni los cereales procesados que inundan los supermercados occidentales.

El consejo de Buettner, expresado en una entrevista para CNBC Make It, se resume en una frase que muchos ya conocen: “Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo”. Esta máxima refleja una estrategia simple pero poderosa: la comida más copiosa del día debe ser la primera. En las Zonas Azules, se observa que las personas consumen un desayuno abundante, mientras que el resto de las comidas son progresivamente más ligeras, terminando a menudo con una cena temprana y ligera antes de un ayuno prolongado hasta el día siguiente.
Pero, ¿qué alimentos defiende Buettner para este desayuno vital? No se trata de azúcar ni de productos comerciales llenos de aditivos. Él recomienda seis grupos básicos: frijoles, verduras, arroz, frutas, miso y avena. Estos ingredientes no solo aportan energía, sino que ofrecen un cóctel equilibrado de fibras, proteínas, vitaminas y minerales esenciales para mantener el organismo en plena forma.
Como ejemplo, Buettner cuenta que su desayuno habitual es un guiso minestrone cargado de verduras y legumbres, un plato que rompe con los moldes convencionales del desayuno occidental. En su perfil de Instagram, detalla que también le gusta comenzar el día con avena de cocción lenta, acompañada de almendras, dátiles, bebida de soja y un toque de sirope de arce. “Es un desayuno perfecto para las Zonas Azules”, explica, “rico en fibra soluble, proteínas y una amplia variedad de vitaminas, una manera ideal de arrancar la jornada”.
Más allá de la teoría, Buettner lanza un reto: “Prueben durante una semana desayunar estofado minestrone o arroz con frijoles y observen cómo se sienten”. Porque la longevidad, según él, comienza con un plato bien pensado al amanecer.