El cuerpo humano es, en buena parte, agua. Más de la mitad de nuestra composición —entre un 50% y un 70%, dependiendo de la edad, el sexo y la masa corporal— es este líquido esencial. Sin embargo, aunque llevamos décadas oyendo que hay que beber “dos litros al día”, la ciencia vuelve a poner en duda ese mantra tan arraigado en nuestra vida cotidiana.
En España, el consumo medio de agua potable por habitante es de unos 133 litros al día, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Ahora bien, esa cifra incluye también el uso doméstico general: duchas, cisternas, cocina, limpieza…
Cuando se trata exclusivamente del agua que bebemos, el promedio ronda los 1,3 litros diarios por persona, muy por debajo de las recomendaciones más conservadoras, lo que sugiere que una parte importante de la población podría no estar hidratándose lo suficiente, especialmente en meses calurosos o en regiones del sur peninsular. Un nuevo estudio lo cambia todo.
Adiós a beber dos litros de agua: un nuevo estudio japonés cuestiona el mito más arraigado en la cultura popular
Un estudio internacional liderado por el Instituto Nacional de Innovación Biomédica, Salud y Nutrición de Japón y publicado en la revista Science, ha analizado la tasa de renovación del agua en el organismo de más de 5600 personas, de edades comprendidas entre los ocho días de vida y los 96 años. El trabajo, encabezado por Yosuke Yamada, revela que no existe una cifra universal: la cantidad diaria de agua que necesita una persona puede variar enormemente según factores como la edad, el sexo, el entorno geográfico o el nivel de actividad física.

La tasa de recambio hídrico —la cantidad de agua que entra y sale del cuerpo en un día— oscila entre un litro y seis litros diarios en la mayoría de casos, aunque puede alcanzar los diez litros en deportistas o personas expuestas a temperaturas extremas. En promedio, los varones de entre 20 y 30 años necesitan 4,3 litros de agua al día, mientras que las mujeres entre 25 y 60 años requieren en torno a 3,4 litros. A medida que envejecemos, esta necesidad disminuye: los hombres mayores de 70 años necesitan unos 3,1 litros, y las mujeres, 2,8 litros.
Pero la edad no es el único elemento en juego. También influyen la composición corporal —los hombres suelen tener más masa muscular y, por tanto, una mayor proporción de agua— y los hábitos diarios. Quienes practican ejercicio físico de forma regular presentan una tasa de renovación hídrica de hasta un litro más al día que aquellos con estilos de vida sedentarios.
Por otra parte, el clima y la latitud también cuentan: vivir cerca del ecuador o en zonas con temperaturas que superan los 30 °C implica un aumento considerable en las necesidades de hidratación. En definitiva, más que memorizar una cifra, la clave está en escuchar al cuerpo y adaptarse a las circunstancias.