Un equipo de astrónomos ha detectado un nuevo compañero celeste en las cercanías de la Tierra: una cuasi-luna hasta ahora desconocida, bautizada como 2025 PN7. Este cuerpo sigue una órbita que imita la terrestre alrededor del Sol y se mantiene relativamente próximo a nuestro planeta. Según el estudio más reciente, publicado en las Notas de investigación de la Sociedad Astronómica Estadounidense, 2025 PN7 habría acompañado discretamente a la Tierra durante aproximadamente seis décadas.
El descubrimiento se concretó el 29 de agosto de 2025 gracias al Observatorio Pan-STARRS, en Hawái. Imágenes históricas confirmaron que el asteroide mantiene una trayectoria estable asociada a la Tierra desde hace décadas. "Solo puede ser detectado con los telescopios modernos cuando se aproxima a nuestro planeta, como ocurrió este verano. Sus ventanas de visibilidad son extremadamente limitadas", explicó Carlos de la Fuente Marcos, investigador de la Universidad Complutense de Madrid y autor del trabajo.
Cuasi-luna vs. miniluna: la diferencia clave
A diferencia de las minilunas temporales, como 2024 PT5, que permanecen en órbita terrestre por unos pocos meses, las cuasi-lunas orbitan alrededor del Sol pero acompañan al planeta de manera prolongada. Según la NASA, 2025 PN7 se encuentra a una distancia media de 384.400 kilómetros, acercándose en ocasiones hasta 299.337 kilómetros, lo que la convierte en una de las pocas cuasi-lunas conocidas. Entre ellas destaca Kamoʻoalewa, actualmente objetivo de la misión china Tianwen-2, lanzada en mayo de 2025.
La composición del nuevo asteroide sigue siendo un misterio. "Por lo poco que sabemos, es muy probable que se trate de un objeto rocoso natural. A veces, restos de satélites o etapas de cohetes alcanzan órbitas similares, pero normalmente podemos distinguir entre objetos naturales y artificiales", apuntó Teddy Kareta, astrofísico de la Universidad de Villanova.
Los investigadores subrayan que hacen falta estudios adicionales para esclarecer su origen. Entre las hipótesis figura la posibilidad de que 2025 PN7 sea un fragmento desprendido de la Luna, aunque solo futuros análisis determinarán su verdadera naturaleza.















