En la isla de Sir Bani Yas, a 250 kilómetros de Abu Dhabi, arqueólogos del Departamento de Cultura y Turismo de los Emiratos Árabes Unidos han sacado a la luz un hallazgo religioso decisivo que obliga a revisar la historia religiosa del Golfo Pérsico: una cruz de estuco con más de 1.400 años de antigüedad, vinculada a una iglesia y a un monasterio cristiano del siglo VII.
El descubrimiento confirma lo que hasta ahora solo sugerían algunas fuentes antiguas: que el cristianismo activo próspero en la península arábiga antes y durante los primeros siglos del islam. La cruz, encontrada en el patio trasero de una antigua vivienda junto a las ruinas del complejo monástico, muestra un diseño singular: una pirámide escalonada que representa el Calvario, el monte donde fue crucificado Jesús.
Presencia cristiana antigua
“Cada elemento de esta cruz incorpora motivos locales adaptados”, explica la arqueóloga Maria Gajewska, responsable de la excavación. “Nos dice que el cristianismo no solo existía en esta región, sino que prosperaba, adaptándose visualmente a su contexto cultural”. El objeto se convierte así en una pieza clave para entender la interacción entre religiones en un territorio que hoy es sinónimo de islam.
La isla de Sir Bani Yas, hoy convertida en la mayor reserva natural del país, albergó en la Antigüedad comunidades monásticas que comerciaban y convivían con pueblos vecinos. Para Gajewska, el hallazgo es un recordatorio de la coexistencia histórica en Oriente Medio: “Este descubrimiento es un poderoso testimonio de los profundos y perdurables valores de apertura cultural de los Emiratos Árabes Unidos. Nos recuerda que la convivencia pacífica no es una invención moderna, sino un principio intrínseco a la historia de la región”.
Coexistencia y comercio
No es la primera vez que emergen pruebas de la presencia cristiana en la península arábiga: restos iglesias descubiertos en Bahréin, Kuwait y Arabia Saudí ya habían apuntado a la existencia de comunidades vinculadas al nestorianismo, una de las ramas del cristianismo primitivo. Sin embargo, la cruz de Sir Bani Yas ofrece una de las muestras más claras de cómo estas comunidades adaptaron su fe a un entorno cultural propio, antes de desaparecer gradualmente con la expansión islámica.
