En 2020, Anne Hathaway protagonizó Las brujas, una adaptación de la novela infantil de Roald Dahl dirigida por Robert Zemeckis. Lo que parecía ser un regreso al cine familiar con tintes oscuros, terminó por convertirse en uno de los trabajos más controvertidos de la actriz.
Un diseño de la apariencia de las brujas muy controvertido
No por su calidad cinematográfica, que recibió críticas tibias, sino por una polémica mucho más profunda: la representación de las brujas con deformidades físicas que evocaban ciertas discapacidades reales, especialmente en extremidades. En la película, las villanas se despojan de su apariencia humana para revelar su forma "verdadera", con bocas alargadas y manos con dos o tres dedos. Este diseño fue interpretado por parte del público —y especialmente por organizaciones como Lucky Fin Project— como una estigmatización de las personas con diferencias congénitas en sus extremidades.
Ante el aluvión de críticas, de hecho la actriz fue 'cancelada' en redes sociales por multitud de usuarios, Hathaway decidió asumir la responsabilidad, incluso cuando el diseño visual no fue iniciativa suya. Su mensaje fue claro: “Lo siento por el dolor que he causado”. La actriz, que ha sido reconocida por su activismo y empatía en otros ámbitos, publicó una disculpa pública en sus redes sociales donde aseguró que su intención nunca fue ofender ni replicar estereotipos dañinos. De hecho, algunos críticos aseguraron en su momento que podría suponer el fin de su carrera en Hollywood.
Contactó con asociaciones de apoyo a personas con discapacidades para colaborar activamente
“No conecté las extremidades diferentes con el personaje cuando me enseñaron el diseño. Si lo hubiera hecho, os aseguro que nada de esto hubiera pasado”, afirmó. Más allá del gesto de contrición, Hathaway también tomó medidas concretas: contactó con asociaciones de apoyo a personas con discapacidades para colaborar activamente en campañas de concienciación.
El caso de Las brujas pone de manifiesto una cuestión crucial en la industria del entretenimiento: la responsabilidad de los creadores y actores sobre las representaciones que se construyen en pantalla. Aunque la intención de Zemeckis y su equipo pudiera ser puramente estética o narrativa, el impacto social de ciertos símbolos visuales puede ser profundo, especialmente cuando se relacionan con colectivos históricamente invisibilizados o caricaturizados. La polémica reabrió el debate sobre cómo Hollywood retrata la discapacidad y la urgencia de consultar con expertos y asociaciones antes de tomar decisiones de diseño que puedan herir sensibilidades.