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Amazon vende la casa prefabricada definitiva en España: tiene 4 habitaciones, se monta en 10 minutos y por menos de 7.000 euros

Hasta qué punto está cambiando nuestra relación con la idea de hogar: de algo único, anclado y construido a medida, a un producto modular, transportable y casi impulsivo, que se compra desde el móvil entre un altavoz inteligente y una tele 4K.
Amazon vende la casa prefabricada definitiva en España: tiene 4 habitaciones, se monta en 10 minutos y por menos de 7.000 euros
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Actualizado: 11:06 13/11/2025
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españa

En un mercado inmobiliario donde comprar piso se ha vuelto misión casi imposible para muchos menores de 35 años, que una “casa lista para entrar a vivir” se pueda añadir al carrito de Amazon por 6.887,41 euros parece casi una provocación. No es un reclamo aislado: la tienda lleva meses llenando su escaparate de módulos residenciales entre los 7.000 y los 30.000 euros, desde minicasas tipo contenedor hasta viviendas con porche y terraza, pensadas tanto como refugio de vacaciones como para uso habitual.

Lo que hace distinto a este modelo ultraeconómico es su planteamiento: un contenedor plegable que se envía plano, se despliega en minutos y, sobre el papel, convierte el sueño de tener “una casita propia” en algo tan sencillo como esperar al repartidor.

Plegable y listo en minutos

El producto que ha disparado los titulares es un “contenedor plegable expandible para el hogar” con estructura de acero y paneles aislados, pensado para uso residencial y con varias configuraciones de tamaño. El fabricante promete que cuatro personas pueden montarlo en unos diez minutos: se abren las alas laterales, se fijan los paneles y, en teoría, ya hay vivienda con salón, cocina, baño y entre uno y cuatro dormitorios según el módulo elegido.

Las fotos promocionales muestran acabados similares a una casa pequeña convencional —ventanas abatibles, puertas correderas, incluso versiones con placas solares—, pero conviene recordar que el precio base suele referirse a la estructura y a un equipamiento muy básico: ni la parcela, ni la cimentación, ni la conexión a agua, luz y saneamiento están incluidas en ese importe de menos de 7.000 euros.

El éxito de estos anuncios encaja con una tendencia de fondo. En España, las viviendas prefabricadas e industrializadas apenas rondan el 2 % de las nuevas edificaciones, pero distintos informes del sector apuntan a que podrían acercarse al 10 % en apenas un lustro, con un mercado que crece por encima del 5 % anual.

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Prefabricadas en ascenso

Los argumentos se repiten: obras más rápidas, menor coste por metro cuadrado y una huella ambiental potencialmente menor si se optimiza el uso de materiales. En paralelo, la venta de módulos por internet —no solo en Amazon, también a través de fabricantes especializados— está normalizando la idea de que una casa no tiene por qué levantarse ladrillo a ladrillo, sino que puede llegar prácticamente “terminada” desde fábrica.

Pero que se pueda comprar una casa con un clic no significa que se pueda plantar en cualquier sitio. La jurisprudencia española ha ido cerrando en los últimos años el supuesto “vacío legal” de las casas móviles y los contenedores habitables: tanto el Tribunal Supremo como distintos tribunales autonómicos han equiparado estas estructuras a viviendas prefabricadas a efectos urbanísticos, lo que implica necesidad de licencia de obras o, como mínimo, de instalación fija, además de cumplir el Código Técnico de la Edificación.

Colocar uno de estos módulos en suelo rústico sin permisos puede acabar en sanción y orden de retirada, por muy “móvil” que sea la casa o por mucho que el vendedor sugiera usos recreativos en parcelas agrícolas.

La letra pequeña legal

En la práctica, muchos compradores utilizan estas unidades como anexo a una vivienda principal: una casa de invitados, un despacho independiente, un estudio para teletrabajar o un pequeño alojamiento turístico tipo “tiny house” en entornos rurales.

Para esos usos, el formato contenedor plegable tiene sentido: llega en camión, se instala rápido, se puede reubicar y admite cierto grado de personalización en distribución y acabados. El reverso de la moneda es que no todas las soluciones ofrecen el mismo nivel de aislamiento térmico o calidad constructiva, y diversos informes advierten de que algunas estructuras basadas en contenedores metálicos pueden presentar problemas de condensaciones o eficiencia energética si no se tratan correctamente.

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