La irreverente serie South Park ha vuelto a esquivar su propia cancelación con una maniobra digna de su propio universo satírico. Después de semanas de tensión y declaraciones incendiarias por parte de sus creadores, Trey Parker y Matt Stone, Paramount ha cerrado un acuerdo provisional que permitirá la continuidad de la serie durante al menos cinco años más. Un pacto valorado en 1.500 millones de dólares que no solo salva la producción, sino que también refuerza la relación entre los creadores y la plataforma.
Una serie conflictiva
El conflicto estalló tras la fusión entre Paramount y Skydance, que reconfiguró la estructura ejecutiva de la compañía y bloqueó temporalmente la renovación de South Park. El punto crítico fue el control de los derechos globales de streaming, retirados de varias plataformas internacionales, lo que provocó una airada reacción de Parker y Stone. Estos, incluso, llegaron a insinuar una posible demanda contra la compañía tras contratar nuevos abogados.
Sin embargo, la proximidad de la Comic-Con de San Diego —donde los creadores tenían previsto intervenir— ha acelerado las negociaciones. Según fuentes recogidas por Los Angeles Times, el acuerdo finalmente aceptado contempla la producción de 10 episodios anuales durante cinco años, a cambio de 300 millones de dólares por año en licencias de streaming. Paramount, que es copropietaria de South Park Digital Studios, recibirá la mitad de esas licencias de vuelta, en un modelo de reparto inusual pero conveniente.
La noticia llega en un contexto de incertidumbre para muchas producciones televisivas. La industria aún no se ha recuperado del impacto de las huelgas de guionistas y actores de 2023, y los movimientos de concentración empresarial están trastocando la financiación de contenidos. El acuerdo de South Park —corto frente a los 10 años que pedían sus creadores— representa un compromiso entre la cautela empresarial y la fidelidad a una de las franquicias más longevas y rentables del entretenimiento adulto.















