En su regreso más polémico hasta la fecha, South Park ha decidido abrir fuego sin reservas. El estreno de su temporada 27 ha convertido al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en blanco de una sátira tan salvaje como explícita: en el episodio “Sermon on the Mount”, el mandatario aparece manteniendo una relación sexual con Satán, enseñando un micropene animado —y también en versión live-action— y defendiendo su amor diabólico con frases como “Vamos, Satán, he estado trabajando todo el día”.
Esta elección narrativa llega solo días después de que sus creadores, Trey Parker y Matt Stone, cerraran un acuerdo millonario con Paramount valorado en 1.500 millones de dólares por 50 nuevos episodios.
El capítulo más polémico hasta la fecha
El capítulo ha causado un terremoto mediático en Estados Unidos. La escena con Trump en la cama con el Diablo, además de ser gráficamente grotesca, remite directamente a otra célebre parodia de South Park: la película de 1999, donde Satán tenía un romance con Saddam Hussein. La decisión de reeditar este tipo de sátira, ahora con un presidente en funciones, no parece casual: el episodio también hace referencia a la lista de Jeffrey Epstein, sugiere censura mediática relacionada con el mandatario y parodia su hábito de interponer demandas multimillonarias. El mismo Trump, de hecho, demandó a Paramount por 10.000 millones de dólares en 2024 y terminó cerrando un acuerdo confidencial de 16 millones.
Más allá del contenido del episodio, el contexto corporativo multiplica su impacto. La fusión entre Paramount y Skydance, aún en proceso, ha generado tensiones sobre el control creativo de franquicias como South Park y cancelaciones como la del programa de Stephen Colbert, crítico habitual del presidente. En este clima, Parker y Stone han optado por la provocación como arma de denuncia, consciente del riesgo que supone tensar la cuerda con el mismo conglomerado mediático con el que acaban de firmar. La sátira, lejos de suavizarse, se ha radicalizado hasta lo escatológico y ofensivo.
South Park making the most of their free speech before it gets sued away from them. pic.twitter.com/Y2jd93Td7Z
— Hank Thompson (@Hank_Thompson) July 24, 2025
El episodio ha incluido también un cierre en forma de falso anuncio político, donde se muestra a Trump corriendo desnudo por el desierto mientras una voz en off ironiza: “Trump: su pene es minúsculo, pero su amor por nosotros es inmenso”. Una escena que combina animación, efectos que parecen generados por IA y sarcasmo sin filtros. La crítica ha señalado que South Park ha cruzado líneas que ni la televisión por cable ni el streaming se atrevían a explorar, y lo ha hecho con un contrato recién firmado y bajo la mirada vigilante del mismo presidente al que caricaturiza.
La pregunta ahora es qué vendrá después. ¿Habrá represalias políticas? ¿Se tensará aún más la cuerda entre Skydance y Parker & Stone? ¿Qué harán Paramount y Comedy Central ante un producto que es oro en audiencia y dinamita en diplomacia? South Park ha regresado como siempre: sin pedir permiso, sin miedo y disparando contra todo. Ni siquiera Satán parece tan peligroso como estos animadores con libertad creativa absoluta.
