El avance imparable de la inteligencia artificial está reconfigurando el mundo del trabajo, y no solo en el futuro lejano: ya está ocurriendo.
Así lo evidencia un estudio conjunto entre Microsoft y la Universidad de Cornell, que analiza cómo esta tecnología afectará a más de 800 ocupaciones y, en particular, identifica los 40 trabajos más amenazados por la IA y los 40 que, al menos por ahora, están relativamente a salvo.
Publicado en julio de 2025 bajo el título “Will AI Fix Work?”, el informe pone cifras y contexto a un debate que ya es global. Si bien muchas voces defienden que la IA será una aliada para automatizar tareas tediosas y liberar tiempo para funciones más creativas o estratégicas, lo cierto es que algunas profesiones podrían reducirse drásticamente, sobre todo aquellas que dependen de habilidades cognitivas rutinarias y tareas predecibles.
Matemáticos, redactores y traductores: en la cuerda floja
Uno de los hallazgos más sorprendentes es que los matemáticos aparecen entre los profesionales más vulnerables, pese a ser un perfil altamente demandado en sectores como finanzas, ciencia de datos o ingeniería. El motivo, según el informe, es que muchos de sus procesos —resolución de ecuaciones, generación de modelos, análisis estadístico— ya pueden ser realizados con una eficacia considerable por modelos como GPT-4 o Claude.
La lista también incluye a traductores, correctores, analistas de crédito, taquígrafos judiciales, teleoperadores y redactores técnicos, todos ellos susceptibles de ser desplazados por herramientas de IA generativa. A menudo, estas aplicaciones pueden producir texto, resumir información, procesar lenguaje natural o generar informes en segundos.
Los más seguros: fontaneros, chefs y operadores de maquinaria
En el extremo opuesto, el estudio identifica profesiones que requieren habilidades físicas, presencia constante en el entorno, coordinación motora fina o contacto humano difícilmente replicable por una máquina. Entre ellas figuran fontaneros, albañiles, mecánicos, cocineros, operarios industriales y técnicos de instalación de equipos.
Estas ocupaciones no solo demandan intervención física directa, sino que también suelen implicar decisiones en tiempo real, resolución de problemas inesperados y adaptación a entornos diversos. De ahí que, según los investigadores, la automatización completa sea poco probable en el corto plazo.
El estudio de Microsoft y Cornell no pretende alimentar el alarmismo, sino ofrecer una hoja de ruta. Destaca que la mayoría de los empleos no serán eliminados por completo, sino transformados: lo que cambiará será el conjunto de habilidades requeridas. En lugar de ejecutar tareas de forma mecánica, muchos profesionales deberán aprender a trabajar junto a sistemas de IA, delegando partes del proceso y centrando su valor en la supervisión, la creatividad o la interacción social.















