Terminator no ha tenido demasiada suerte en sus últimas secuelas. En 2009, la saga intentó mirar al futuro de la guerra contra las máquinas con Terminator: Salvation, explotando el escenario postapocalíptico tras el éxito de Skynet en el juicio final. Luego, a tenor del fracaso en taquilla de la cinta protagonizada por Christian Bale, se intentó devolver el estilo original de viajes en el tiempo con Terminator: Génesis, que tampoco conquistó a nadie pese a tener a Emilia Clarke en el reparto. Más tarde, con James Cameron a la cabeza y Tim Miller en la dirección, llegó Terminator: Destino Oscuro, que fue otro batacazo y dejó tocada y hundida a la saga. Hasta ahora. En consonancia con los últimos rumores, se plantea que el regreso de Terminator, con el apoyo de Cameron, sea una película o incluso una serie muy afianzada en el terror (vía We Got This Covered)
Un cambio de rumbo para Terminator
Ha sido Daniel Ritchman, una auténtica referencia en los rumores y en las noticias cinematográficas, el que ha dejado caer que 20th Century Studios y Paramount Pictures piensan ahora en un cambio de rumbo para la saga Terminator, que habría agotado la fórmula habitual de los viajes en el tiempo, los asesinatos de líderes de las resistencias o las paradojas.
Se enfocarían en ofrecer una suerte de elemento slasher, de terror, siguiendo la idea de Blumhouse con El hombre invisible o el retorno de Halloween, alejándose de las superproducciones de cientos de millones de dólares. El temor a un caso Destino Oscuro, en el que el film costó más de 185 millones de dólares y apenas recaudó 285 en las salas, ha atemorizado a los dueños de la licencia.
¿Qué significa esto? Pues que la idea de ir a secuela grande y ruidosa, como ya hizo Terminator 2: El día del juicio final en 1991, quedó atrás. La intención sería volver a los orígenes, como ya hizo Cameron con la primera entrega de 1984, que se rodó con apenas 6 millones de dólares y medio y llegó a sumar más de 78,3 millones de los mismos en taquilla gracias a su argumento y la inquietante presencia de un Arnold Schwarzenegger en estado de gracia. La nueva historia sería más terrorífica, más sencilla, apegada en lo cotidiano y sin los elementos superfluos que han ido emborronado la historia original. Se desconoce si se ambientará en el pasado, en un presente o incluso en el futuro, pero sí que se eliminará cualquier desenfreno en las secuencias de acción. ¿Volveremos a ver al T-800 persiguiendo a su presa sin descanso entre discotecas, restaurantes y lugares de nuestra vida cotidiana? Tiene pinta.
Si consiguen adaptar Terminator a la presencia constante de un enemigo incansable al estilo slasher, en el que personajes como Jason Voorhees, Michael Myers o Leatherface se han hecho tan poderosos e icónicos a lo largo de los años, quizás sí podría haber motivos para celebrar la vuelta de una licencia que no ha sabido encontrar su identidad en los últimos tiempos.