En el marco de la Comic-Con at Home, la versión virtual y doméstica de la popular convención, Collider ha conseguido reunir a todos los responsables de Constantine, la adaptación de 2005 basada en los cómics de DC. La versión de Warner Bros. de una de las cabeceras más oscuras y retorcidas del tebeo se estrenó en 2005 con Keanu Reeves como gran protagonista, Francis Lawrence como director y Akiva Goldsman como productor. La cinta se estrenó en 2005, en una época en la que las cintas de cómics no habían sido monopolizadas por Marvel y el Batman de Christopher Nolan todavía estaba a meses de llegar a las salas. Sus responsables recuerdan cómo combatieron contra el estudio y de qué manera capearon una adaptación que nació con problemas.
Una película de culto que no contó con el respaldo de Warner ni de los espectadores
Su estreno no fue muy allá, pero con el tiempo, la popularidad de Constantine creció. El director de la cinta ha llegado a confesar que, cada vez que realiza una firma de autógrafos o los fans pueden reunirse con él para hablar de su trabajo en sagas como Los juegos del hambre, la película que siempre sale a relucir es Constantine. Reeves durante el panel también confesó que le pasa algo parecido, y que si bien siempre está rodeado de gente buena y de repartos muy capaces, el de la citada cinta está muy por encima de todos.
Según destaca, en cada escena con Rachel Weisz, Shia LaBeouf, Djimon Hounsou o Peter Stormare y Tilda Swinton, hubo emoción y verdad en el rodaje de la película, y eso se nota en cada fotograma. Y tiene mérito, pues el propio director y el productor lucharon contra viento y marea para sacarla adelante sin excesivos recortes o cambios por parte del estudio.
"Nos costó mucho. Warner... Bueno, el estudio dictaminó que tenía que ser una película recomendada para mayores de 13 años por su abultado presupuesto. Y claro, nos dieron la lista de pautas de lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer en una película PG-13. Y creednos, seguimos esas reglas. Era molesto, pues te remarca la cantidad de veces que puedes decir joder en pantalla, los tipos de desnudos, la sangre y la violencia que puedes mostrar, todas esas cosas. Cuando nos seleccionaron para el MPAA, y recuerdo haber escuchado que entraron esos tipos unos cinco minutos y dejaron sus cuadernos y dijeron que obtuvimos una R fuerte por el tono que habíamos dado a la película. Y claro, no lo esperábamos", confiesa Lawrence, que tuvo que remontar y reducir el tono de la cinta para amoldarse a las peticiones del estudio.
"Creo que fue una abrumadora sensación de temor lo que vivimos en ese momento. Estaban asustados, desde la escena inicial hasta la última, todo daba miedo y Warner creía que no podíamos hacer nada al respecto. Básicamente lo que tuvimos fue una película recomendada para mayores de 13 que realmente obtuvo una calificación R por parte del organismo que se encarga de catalogarla. Lo que me jodía de todo era que, si bien habíamos hecho una película blanda desde el principio, se nos ponía una calificación que no merecíamos. Para eso habría hecho una película para adultos más dura, en términos de intensidad, violencia, lenguaje y todo ese tipo de cosas. Nos jodimos un poco en ese frente. E intentamos pelear, pero obviamente no ganamos esa batalla", concluía.