Josh Trank ha desvelado numerosos y jugosos detalles de su maltrecha carrera cinematográfica. Tras el éxito de Chronicle, el director se catapultó al nuevo Hollywood, pero no tuvo demasiado suerte. Afirma haber saboteado la secuela de su film y admite que Fox se hizo con el control de su versión de Los cuatro fantásticos, arrebatándole la dirección, cambiando el guion y rodando un nuevo final tras recortar el presupuesto en 30 millones de dólares a mitad de la filmación. Ahora, mientras prepara Capone con Tom Hardy -de la que podéis saber más aquí-, el director ha confirmado que su carrera está dañada y que no quiere formar parte de este mundo.
Un choque de pareceres que lo acabó por autoboicotearse
Trank es consciente de su compleja personalidad, que lo ha llevado a pelearse constantemente con los grandes estudios y comités de ejecutivos, pero también piensa que ni ha tenido suerte, ni ha seleccionado con cuidado sus proyectos.
Cuando la cinta de Fox y Marvel se estrenó en 2015, se sintió bastante mal, sufriendo problemas de salud, recibiendo amenazas de todo tipo e incluso llegando a temer por su vida tras recibir grandes amenazas. Mientras revive esos días, recuerda cómo la situación se complicó cuando el director de Chronicle se vio envuelto en la película de Star Wars protagonizada por Boba Fett.
Fue el productor Simon Kinberg, que veía cómo trabajaba en la génesis de la fallida película de Marvel, quién lo recomendó. Kingber sabía que Josh Trank era un gran fan de Star Wars, y como consultor en Lucasfilm, quería ver si tenía ideas para una película basada en la saga que hiciera a Disney recuperar y reembolsarse la inversión que había hecho al adquirir la productora de George Lucas. En aquellos días, tanto la empresa del ratón como el barco capitaneado por Kathleen Kennedy estaban abiertos a casi cualquier idea, y se exploraron conceptos muy locos, como la idea una versión de Los siete samuráis con Jedi o la propuesta de Guillermo del Toro con Jabba al estilo El padrino. Como tantos otros fans, Josh Trank presentó una sólida idea en forma de película que no era otra cosa que un spin-off protagonizado por Boba Fett, y la verdad es que gustó. Y enamoró, literalmente, a Kathleen Kennedy.
Tanto a la productora Kiri Hart como a Alan Horn, director creativo de Disney, les encantó la pasión y el concepto de Trank. "Tiene un talento increíble, una gran imaginación y sentido de la innovación", comentó Kennedy. "Creemos que es muy apropiado para Star Wars", matizó en la rueda de prensa y en el comunicado oficial en 2014 sobre su fichaje. Sin embargo, cuando todo arrancó, y parecía que la cosa iba bien encaminada, sucedió el caos de Los cuatro fantásticos. Y Kennedy, como ya ocurrió en los rodajes de Rogue One y Han Solo más adelante, dudó de lo que había hecho. Trank decidió apartarse, y Lucasfilm le invitó a no formar parte de la Star Wars Celebration de abril de 2015. "Decidí abandonar y renunciar. Sabía perfectamente que me iban a despedir si no me iba", concluía. El proyecto, que pasó por varias manos, se canceló de forma indefinida.