Estados Unidos comienza a ser consciente del peligro real que supone el COVID-19, el nuevo coronavirus, una enfermedad originada en China que se ha convertido en una pandemia global. Como venimos informando al minuto en Vandal Random, numerosos rodajes y producciones han comenzado a paralizarse o aplazarse por el virus, dejando a la industria del entretenimiento y el ocio muy tocada. Broadway se ha apagado, Hollywood ha echado el cierre y todo parece apagarse casi al completo en Norteamérica y en otros países como España e Italia. Ahora es Variety la que arroja un poco más de luz al tema.
Parques temáticos y grandes cadenas de cine echan el cierre
Los parques temáticos ya comenzaron a cerrar de forma paulatina en USA, marcando un hito sin precedentes en el país. En este catastrófico escenario, la industria de la exhibición de películas, un sector del negocio del cine que depende de la experiencia comunitaria, ha sido la única institución reacia a cerrar por completo, desoyendo muchas de las recomendaciones. Tras el discurso del Presidente Trump, que alentó a la distancia social, las grandes cadenas decidieron mantener sus estrenos y proyecciones, confirmando medidas como las entradas en filas alternativas o el refuerzo en las medidas de higiene limitando el aforo.
A raíz de estas medidas, las entradas en Norteamérica descendieron a los niveles más bajos en las pasadas dos décadas, recaudando únicamente entre 55,3 millones de dólares entre el viernes y el pasado domingo.
Hablamos de los números más bajos y preocupantes jamás vistos en las últimos 20 años, cuando en el septiembre del 2000, durante el fin de semana del 15 de septiembre, apenas se llegó a los 54,5 millones de dólares.
Aunque los ingresos cayeron un 45% desde el fin de semana pasado, Onward de Disney-Pixar, ganó más de 10 millones de dólares durante el período de tres días. AMC y Regal, dos de las cadenas de cines más grandes de Estados Unidos y cadenas especiales más reducidas como Alamo Drafthouse y Arclight, confirmaron que limitarían la capacidad en sus respectivos auditorios en un 50% para evitar aglomeraciones, aunque se contemplan cerrar por completo. Los responsables de este tipo de cines y salas, no han visto nada así ni esperaban resultados tan desalentadores, con estrenos retrasados varios meses o años completos y producciones paralizadas.