Elon Musk está en su pico de popularidad pero su gran apuesta en las redes sociales, X (antes Twitter) está atravesando uno de los peores momentos en toda su historia reciente. El hombre más rico del mundo, el responsable de gigantes tecnológicos como Tesla y SpaceX, está asistiendo a un éxodo masivo de usuarios y grandes cuentas con millones de seguidores tras el triunfo de Donal Trump, actual presidente de EE.UU, y el viraje de Musk dentro del gobierno republicano, obteniendo un puesto clave en el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos. Unido al clima de toxicidad y el auge de bots y trolls en los últimos meses, han llevado la situación en la red social en un punto límite: millones de personas están abandonando el portal en favor de Bluesky, la nueva red social de Jack Dorsey.
La Gran Migración: X se enfrenta a la mayor crisis en toda su historia y Elon Musk observa cómo millones de usuarios cierran sus cuentas en favor de Bluesky
Musk, que tendría que estar celebrando su nuevo cargo político, en una posición que le permitirá influir en reformas que podrían redefinir las bases del gobierno estadounidense, está asistiendo a una descomposición de varios frentes comerciales. Por un lado, lo que podría ser un triunfo político personal para Musk, podría convertirse en un obstáculo para sus empresas y, por otro, se encuentra con una crisis sin precedentes en X.
Es la red social la que parece estar pagando el precio más alto por el viraje político de su propietario, acusado de manipular la información en X de cara a favorecer la victoria de Donald Trump. Mientras Maduro le declara la guerra y en Brasil, tras bloquear la aplicación, ahora repiensa su postura, Musk se centra asediado. En las últimas horas, medios influyentes como The Guardian en Reino Unido y La Vanguardia en España han cerrado sus cuentas oficiales, calificándola de "plataforma mediática tóxica", ya que apenas tienen visibilidad y sus post se pierden en un maremágnum de bots e hilos virales que buscan integración de cara a la monetización.
El plano económico, así como otras cuestiones políticas, han llevado incluso a la Unión Europea a lanzarle avisos al magnate sudafricano, cuestionando su enfoque por la privacidad de los usuarios. En este contexto, inestable para una red social que saca dinero del tráfico y del uso diario de millones de personas gracias a la publicidad, la deserción de usuarios y empresas que ya no encuentran en X el espacio que solía ser es un auténtico quebradero de cabeza para Musk.
Sin embargo, para ser honestos, las controversias en X no son nuevas. En las últimas semanas hemos visto desde cambios impopulares como ocultar los 'Me gusta' o restringir el bloqueo de los usuarios, hasta el uso de publicaciones para entrenar modelos de inteligencia artificial, la red social ha acumulado críticas y cambios en su forma de uso muy evidentes y estridentes. ¿Qué alternativas hay?
Una de ellas es Bluesky, una plataforma que ha experimentado un crecimiento meteórico en apenas unos días. En tan solo una semana, coincidiendo con las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que han generado una fuerte división política y social en medio planeta, la red social añadió un millón de usuarios, catapultándose a los primeros puestos en la App Store. La COO de Bluesky, Rose Wang, confirmó que la mayoría de estos nuevos usuarios son estadounidenses, impulsados por el rechazo hacia las decisiones de Musk y el entorno político que representa. Ahora roza los 16 millones de clientes.
Este fenómeno, apodado por los usuarios como la Gran Migración, no solo refleja un cambio tecnológico, sino también cultural. Los nuevos miembros de Bluesky han comenzado a organizarse, creando listas que facilitan el reencuentro con viejas conexiones de X y potenciando la interacción en torno a temas específicos. Lo cierto es que la red social es una suerte de Twitter clásico, una versión nostálgica y funcional que conserva la sencillez de su predecesor, pero con un enfoque moderno y descentralizado que promete resistir presiones políticas y corporativas. No es la única alternativa, ya que Threads, desarrollada por Meta, ha emergido como otra gran opción para millones de personas, aunque con un enfoque distinto, basado en la integración con Instagram y en algoritmos que priorizan contenidos virales.
¿Y ahora qué? En este panorama, el futuro de X parece incierto, aunque la red social, en el pasado, ha sobrevivido a situaciones mucho peores, como cuando apareció Mastodon como principal competencia o incluso a la compra de Musk, que provocó una salida de clientes similar o superior a la actual. Lo que sí parece es una prueba de fuego para Musk, que tendrá que demostrar que su visión política y empresarial puede coexistir sin alienar a los consumidores ni dinamitar lo que alguna vez fue la red social más influyente del mundo.