En 2023, a unos 3.300 metros bajo la superficie del océano frente a la costa de Alaska, un equipo de exploración de la NOAA hizo un descubrimiento que dejó perplejos a los científicos: un extraño orbe orgánico dorado adherido a una roca, rodeado de esponjas blancas. Este objeto, de unos 10 centímetros de diámetro, presentaba un agujero en un costado, lo que ha llevado ahora a especulaciones sobre si algo había salido de él. A primera vista, los investigadores barajaron varias hipótesis, incluyendo la posibilidad de que fuera una cápsula de huevo de una especie marina desconocida o simplemente una esponja muerta.
Como salido de una película de terror
El orbe, con su textura carnosa y sin una anatomía obvia, desconcertó a los científicos. A pesar de utilizar un avanzado submarino para su recolección y análisis inicial, no lograron identificarlo de inmediato. Uno de los comentarios más inquietantes durante la transmisión en vivo del hallazgo fue que este descubrimiento parecía el comienzo de una película de terror, subrayando lo inusual y potencialmente desconcertante del hallazgo.
Aunque la teoría predominante es que el objeto podría ser un huevo, la falta de otros huevos cercanos plantea dudas sobre esta hipótesis, pero tras varios meses de investigación, esta es la última que barajan los científicos, según se hizo eco Science Alert.
La complicación de estudiar una zona inhóspita como el fondo marino
Este descubrimiento pone de manifiesto lo poco que sabemos sobre las profundidades del océano. A pesar de nuestros avances tecnológicos, las condiciones extremas en estas áreas, como la alta presión y las bajas temperaturas, hacen que la exploración y el estudio sean extremadamente desafiantes. Este orbe es un recordatorio de las incógnitas que aún persisten en el fondo del mar y de las posibles nuevas especies o fenómenos biológicos que esperan ser descubiertos.
Para intentar desvelar el misterio, los científicos recolectaron el orbe utilizando un brazo robótico y lo trasladaron a un laboratorio para un análisis más detallado, incluyendo pruebas de ADN. Sin embargo, debido a que solo se ha secuenciado una pequeña fracción de la vida marina, es posible que incluso si el análisis de ADN revela algo, no logremos identificar la especie exacta a la que pertenece el orbe.
Algo salió o trató de entrar
Lo que hace que este descubrimiento sea aún más intrigante es la posibilidad de que algo haya eclosionado o escapado de este huevo, lo cual plantea preguntas sobre qué tipo de criatura podría haber emergido y cómo encaja en el ecosistema marino profundo. Aunque es poco probable que este objeto represente una amenaza directa, su descubrimiento ha capturado la imaginación de científicos y curiosos por igual, generando tanto fascinación como preocupación.