Un equipo de científicos de la Universidad de Exeter, Reino Unido, está llevando a cabo una ambiciosa investigación en el Golfo de Hauraki, Nueva Zelanda, para comprender los efectos de las actividades humanas en los ecosistemas marinos. Durante un mes, los expertos recolectan muestras del lecho marino en áreas protegidas y zonas afectadas por la pesca de arrastre, con el fin de analizar las diferencias en biodiversidad y almacenamiento de carbono azul. El proyecto Convex Seascape Survey, que cuenta con el respaldo del magnate Stephen Catlin, se ha centrado en esta región por sus hábitats únicos y accesibles.
Tecnología avanzada al servicio de la conservación
La investigación utiliza tecnología de vanguardia, como vídeos submarinos operados a distancia y núcleos vibratorios, para capturar imágenes y extraer sedimentos del fondo marino. Estas técnicas permiten medir los niveles de carbono almacenado y analizar las comunidades de peces e infauna que habitan en el lecho marino.
Según el Dr. Ben Harris, líder del proyecto, estos datos son fundamentales para comprender cómo las perturbaciones humanas, como la pesca de arrastre, afectan los procesos naturales de almacenamiento de carbono y biodiversidad.
El Golfo de Hauraki: un ecosistema en crisis
El Golfo de Hauraki, descrito por Harris como "colapsado ecológicamente", enfrenta graves problemas de sostenibilidad. Las actividades humanas han llevado a la extinción funcional de especies como la langosta y al deterioro de pesquerías clave como la de pargo y vieiras. Sin embargo, los investigadores han encontrado algunas áreas prometedoras donde la vida marina sigue prosperando, lo que podría ofrecer pistas valiosas para la restauración y conservación de este hábitat.
Un modelo para la conservación global
Nueva Zelanda se posiciona como un ejemplo destacado en protección marina, con iniciativas como la revitalización del Golfo de Hauraki. Este proyecto busca revertir décadas de degradación ecológica mediante una gestión sostenible y el monitoreo constante de sus aguas. La colaboración con empresas como Spark, que supervisa la zona de protección del cable (CPA), refuerza la importancia de alianzas entre sectores para lograr objetivos ambientales a largo plazo.
Hacia una visión integral del ecosistema marino
La investigación en curso no solo se centra en los impactos inmediatos de las actividades humanas, sino también en crear una narrativa histórica del lecho marino. A través del análisis de los tubos vibratorios y la observación sistemática del ecosistema, los científicos buscan construir una perspectiva holística de lo que ocurre sobre y bajo el lecho marino. Este esfuerzo multidisciplinario promete aportar soluciones innovadoras para mitigar los impactos del cambio climático y las actividades humanas en los océanos.