La tecnología de levitación magnética, conocida por su potencial revolucionario en el transporte, ha sido un tema recurrente en la ciencia ficción y en la ingeniería avanzada durante décadas. Pese a las expectativas generadas por proyectos emblemáticos como los trenes maglev en Japón, esta tecnología aún no ha alcanzado la adopción masiva que se esperaba. A lo largo de los años, hemos visto un progreso lento y esporádico, donde la innovación ha sido opacada por las dificultades técnicas y la falta de viabilidad económica en muchos casos. Alejando cada vez más el sueño de ir sobre un patín volador como Marty McFly.
Aplicaciones innovadoras en el sector automotriz
Recientemente, General Motors ha sorprendido al patentar un sistema de levitación magnética que, en lugar de aplicarse al transporte de masas, está diseñado para mejorar la comodidad en los vehículos. Este sistema utiliza imanes que pueden alterar su polaridad para ajustar la posición y altura de los asientos en los coches, sin necesidad de mecanismos mecánicos o electrónicos.
Es un ejemplo de cómo una tecnología avanzada puede ser adaptada para aplicaciones más cotidianas y menos guays, aunque también levanta preguntas sobre el futuro de estas innovaciones.
No obstante, la estrategia de muchas grandes compañías de registrar patentes y luego no desarrollarlas, o hacerlo solo parcialmente, ha generado cierta frustración. A menudo, estas parecen estar más orientadas a bloquear a la competencia que a fomentar la innovación. Ejemplos como los componentes aerodinámicos activos, que podrían ajustarse de manera dinámica según las condiciones del vehículo, son ideas que han sido patentadas pero no llevadas al mercado, lo que refuerza la percepción de un estancamiento en la implementación de tecnologías emergentes.
El 'hoverboard' de Lexus
El caso del Lexus Hoverboard, presentado hace una década en Barcelona, es un ejemplo claro de cómo la levitación magnética ha capturado la imaginación del público. Este dispositivo, que no era exactamente lo que parecía, a modo de trampantojo se desplazaba sobre un raíl magnético colocado bajo el suelo en un skatepark que se construyó a medida para ello, con la promesa de que en un futuro aquel aparato funcionaría como el de Regreso al futuro. Spoiler: no.