Desde hace ya algunos años, en concreto desde 2018, en España está en vigor el derecho a la desconexión digital, un derecho recogido por la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales y Garantías de los Derechos Digitales que ayuda a todos los trabajadores a mantenerse desconectados digitalmente de sus obligaciones laborales cuando se encuentran en sus horarios de descanso o en sus vacaciones.
Por supuesto, esta ley también tiene en cuenta a aquellos trabajadores que realicen sus labores desde casa o a distancia, alejados de la oficina. Pero, ¿afecta la ley de alguna manera distinta al mundo del teletrabajo? ¿Qué sucede si se incumple o cuáles son las medidas que se pueden adoptar para mejorar la desconexión laboral?
¿Cómo afecta exactamente la ley de desconexión laboral al teletrabajo?
En los mismos términos que cualquier trabajador presencial, toda persona que realice su trabajo dentro de la modalidad del teletrabajo a distancia tiene derecho a la desconexión digital en España. Esto se establece, por ejemplo, dentro del artículo 88 de la LOPDGDD y también en el artículo 18 de la Ley 10/2021 de Trabajo a Distancia.
Según dicho artículo, es deber del empresario garantizar la desconexión digital de sus trabajadores en los tiempos de descanso, vacaciones y permisos, limitando el "uso de los medios tecnológicos de comunicación empresarial de trabajo durante los períodos de descanso". Igualmente, se debe respetar "la duración máxima de la jornada y a cualesquiera límites y precauciones en materia de jornada que dispongan la normativa legal o convencional aplicables".
Así pues, este derecho a la desconexión se debe respetar por igual tanto en los trabajadores total o parcialmente a distancia, como cuando los trabajadores presten sus servicios exclusivamente desde su domicilio, ya sea utilizando herramientas tecnológicas propias o entregadas por la empresa para el desempeño de las tareas laborales.
¿Qué consecuencias hay si no se respeta la desconexión laboral en el teletrabajo?
La desconexión laboral es fundamental para evitar situaciones de abuso en el trabajo y, especialmente en el caso de los trabajadores a distancia, se vuelve todavía más relevante para definir las líneas que nos permiten separar claramente la vida personal del hogar con la jornada laboral. Por ello, las empresas que no respeten este derecho pueden enfrentarse a sanciones económicas muy importantes, que son exactamente las mismas que en el caso de los trabajadores presenciales.
Las multas por vulnerar el derecho a la desconexión laboral varían según la gravedad de la infracción, pero van desde los 751 euros como mínimo, hasta los 7.500 euros en los casos más graves. Si se reiteran infracciones una y otra vez, las multas pueden llegar hasta los 225.018 euros, con la posibilidad de que el trabajador afectado solicite una indemnización por daños y perjuicios.
Hasta la fecha, el derecho a la desconexión digital es uno de los menos respetados y ya se han dictado sentencias judiciales que lo reconocen, con multas a empresas -e incluso trabajadores- por contactar en su tiempo libre a empleados con mensajes de WhatsApp, envío de emails, llamadas de teléfono, etcétera... Salvo que el trabajador haya aceptado previamente algún tipo de acuerdo o plus de disponibilidad en su contrato, la empresa siempre deberá respetar su derecho a la desconexión laboral fuera de las horas estipuladas de trabajo.
¿Cómo garantizar la desconexión laboral correctamente en el teletrabajo?
Para garantizar una buena aplicación del derecho a la desconexión laboral en el teletrabajo las empresas deben elaborar un protocolo de desconexión digital y hacérselo llegar a sus trabajadores a distancia. Este protocolo, tal y como explican desde la empresa especializada en Protección de datos y Compliance Grupo Atico34, debe contener medidas específicas y claras para que los teletrabajadores disfruten de sus períodos de descanso, incluidas las pausas de 30 minutos en jornadas superiores a las seis horas.
En este protocolo es vital esclarecer los tiempos de descanso entre jornada y jornada, las vacaciones, los días festivos, los permisos y bajas, etcétera. Igualmente, es recomendable incluir medidas como las siguientes:
- Limitar el envío de mensajes relativos al trabajo fuera del horario laboral.
- No programar reuniones cercanas a la hora de finalización de la jornada.
- Recordar a los empleados que pueden apagar sus dispositivos corporativos una vez finalizado el horario laboral y durante sus períodos de descanso y vacaciones.
- Llevar un registro detallado de la jornada laboral de cada trabajador para saber si se están realizando horas extraordinarias y en qué cantidad. Para esto es fundamental que el trabajador no fiche la finalización de la jornada y siga trabajando.
- Dar formación sobre el uso correcto de las herramientas tecnológicas, la necesidad de desconectar del trabajo y las consecuencias para la salud que tiene no desconectar nunca.
- Establecer flexibilidad horaria para aquellos trabajadores que lo prefieran, siempre y cuando se lleve un correcto registro de las horas trabajadas y estas no superen el máximo mensual permitido.
- Establecer las medidas disciplinarias y sanciones internas por no respetar el protocolo de desconexión digital.
Poder disfrutar de la desconexión laboral se antoja especialmente difícil para muchos teletrabajadores al recibir constantemente a lo largo del día mensajes, notificaciones y avisos sobre cambios de proyectos que están en marcha, peticiones de última hora, exigencias sobre aumentar el ritmo de trabajo o alcanzar una fecha de entrega determinada... Al final, el no respestar este derecho puede sobrecargar a los trabajadores, contribuir a que se sientan abrumados y llevarlos a realizar más horas laborales de las estipuladas en sus contratos, todo ello sin cobrarlas.
Por no mencionar que, a la larga, se ha comprobado que no respetar la desconexión laboral también puede conllevar situaciones de estrés, cuadros de ansiedad y el desarrollo del síndrome del trabajador quemado (burn out), con las consiguientes bajas laborales que perjudican a la salud mental de los trabajadores. Así que, en definitiva, es muy importante implementar protocolos que fomenten y promuevan la desconexión laboral.
