A finales de la semana pasada, un periódico de tirada nacional publicaba un especial dedicado a Taylor Swift bajo el título de 'la jefa'. Es imposible decir tanto con tan poco. El huracán Taylor Swift ha azotado la Península Ibérica, con dos conciertos en Portugal y otros dos en España, paralizando a todo un país y demostrando que la cantante es algo más para millones de personas. Sí, el impacto de Taylor Swift con su Eras Tour ha sido monumental, redefiniendo las experiencias de los conciertos más multitudinarios en nuestros días y dejando una marca indeleble en cada escenario que toca. El Estadio Santiago Bernabéu, conocido mundialmente como la casa del Real Madrid y un templo del fútbol, se transformó por completo cuando la de Pensilvania salió al escenario. Y el que escribe estas humildes líneas fue testigo del poder de una artista que no tiene techo.
El renacer del Bernabéu con Taylor Swift: un viaje musical por la trayectoria de una cantante que no tiene límites
No había un escenario mejor. El Santiago Bernabéu ha sido testigo de innumerables partidos históricos, glorias deportivas y la pasión desbordante de millones de aficionados. Ubicado en el corazón de Madrid, es mucho más que un recinto deportivo. Es para muchos, a riesgo de caer en un lugar común repetido mil veces en las crónicas deportivas, un templo de sueños y gloria.
Con su césped verde como testigo, el coloso de Chamartín ha sido escenario de innumerables hazañas futbolísticas y noches inolvidables. Pero no hubo fútbol en estas dos noches de mayo. La llegada de Taylor Swift con su Eras Tour ha marcado un hito en la historia del estadio, demostrando que su capacidad para albergar eventos va más allá del deporte. Sí, ha habido polémica, se ha escrito mucho sobre el ruido y las molestias generadas a los vecinos de la zona.
Pero la reciente renovación del Bernabéu, que busca convertirlo en un estadio de referencia mundial tanto para el fútbol como para eventos de entretenimiento masivo, ha encontrado en el concierto de Taylor Swift un ejemplo perfecto de su versatilidad y modernidad. No había mejor bautizo ni maestra de ceremonias. Es difícil definirlo con palabras, pero el Eras Tour de Taylor Swift, la gira de mayor éxito de la historia y todo un fenómeno que ha visitado varios continentes, no es solo un concierto, es un viaje a través de las distintas etapas de su carrera musical. Con una carrera que abarca más de una década, Swift, nacida un 13 de diciembre del 1989 -id apuntando cifras y referencias, consejo de swiftie- ha demostrado ser una artista versátil, un icono que ha sabido evolucionar y madurar desde sus raíces en el country hasta convertirse en una superestrella global del pop.
Cada era representa un capítulo distinto de su vida y carrera, desde sus inicios en el country hasta su incursión en el pop y sus trabajos más recientes, cada vez más complejos a nivel lírico y más intrincados y arraigados en sus experiencias personales. Sí, el tayloverso puede parecer extraño, confuso o incluso superficial a simple vista, pero en las canciones y trabajos de Taylor Swift se habla a través del lenguaje universal de los sentimientos. Podemos estar hablando de las cifras millonarias, del impacto económico y del dinero invertido o recaudado -como muchos telediarios y magacines no se han cansado de enarbolar durante días-, e incluso podemos centrarnos en la colosal producción del show, grandiosa, con escenarios cambiantes, vestuarios elaborados para cada uno de los sets de la cantante o de la excelente narrativa que mantiene al público cautivado de principio a fin. Pero repetimos: hay algo más.
En el Bernabéu, este tour, cuya versión está disponible en el streaming a través de Disney+, cobró una dimensión especial. Este icónico estadio, con su reciente modernización, ofreció la infraestructura perfecta para albergar el deslumbrante espectáculo de Taylor Swift, que cerró su visita a España con una puerta grande. Desde la organización y el personal -que lidió con un calor infernal y constantes desmayos y problemas- a las las nuevas tecnologías incorporadas, luces LED interactivas, así como la pantalla 360 grados y el promocionado y aplaudido techo retráctil, estos elementos realzaron la experiencia hasta límites insospechados y contribuyeron a enaltecer y dar brillo a un momento histórico. La visualización perfecta desde cualquier punto del escenario y una acústica impresionante -pese a las críticas de muchos- se tradujeron en un viaje musical único disfrutado y compartido por los afortunados asistentes a dos noches que atesorarán para toda la vida.
Taylor Swift mueve pasiones y bate récords. Es algo que debemos tener asumido a estas alturas aunque a muchos les cueste entender el fenómeno. Es la historia de siempre. Más allá de los gustos y las pasiones, inherentes a cualquier afición, lo cierto es que aquellos que afirman no haber escuchado ninguna canción de Taylor Swift como una especie de medalla a relucir de manera orgullosa, es probable que sin darse cuenta hayan estado expuestos a su música debido a su omnipresencia en la cultura popular. De una manera u otra. No hay que ir contracorriente ni ridiculizar. No es necesario exhibir poses y perfiles en redes sociales para ganar el aplauso de nadie. Ser pollavieja ya no se lleva. Hay que dejar que los chavales y chavalas camelen.
La verdad es la siguiente: Taylor Swift ha dominado las listas de éxitos durante años, especialmente en Estados Unidos, con una presencia internacional cada vez más evidente en los últimos tiempos. Sus canciones se utilizan frecuentemente en películas, series de televisión, spots e incluso en la olvidada radio. Temas como Shake It Off, Blank Space y Love Story, por citar algunos de gran calado, han sido tan influyentes que se han convertido en parte del tejido sonoro cotidiano en cualquier rincón del planeta. Y no, no estamos exagerando. Es muy fácil criticar a Taylor Swift, ridiculizarla o incluso convertirla en el blanco de las horribles tecnologías que nos rodean. Dejemos atrás la tontería de los pañales. Dejemos de intentar calificar o etiquetar la pasión de Taylor Swift como algo para adolescentes o niñas.
Esto es una locura, no llevamos ya ni una de las mías 🕯️🕯️📿📿#TaylorSwiftErasTourEspaña #MadridTStheErasTour pic.twitter.com/m1XlBqHfWg
— Alberto González ⸆⸉ ᚠ (@Moguei) May 30, 2024
Asistir al concierto de Taylor Swift en el Bernabéu, rodeado de miles de swifties de generaciones, condiciones y orígenes diferentes, fue una experiencia que trasciende la música y el deporte. Es un fenómeno transversal. Desde los días previos era fácil captar el ambiente de celebración en los aledaños y una conexión emocional diferente por los rincones de una ciudad que sigue acogiendo como pocas. Miles de fans, asistentes al concierto o no, se reunían en los alrededores del estadio para disfrutar de este mágico imperio tan especial que ha construido la cantante entorno de su trabajo.
So, make the friendship bracelets, take the moment and taste it. Hablemos de los friendship bracelets o pulseras de la amistad, que se han convertido en un símbolo entrañable entre los seguidores de Taylor Swift, especialmente durante su Eras Tour, así como en una especie de identificativo de pertenencia particularmente bonito. Era muy común pasear por Madrid estos días, entrar en un restaurante o viajar en el metro y encontrarte con alguien que llevaba un buen puñado de estos coloridos accesorios y entablar conversación, lanzar un par de guiños cómplices o esbozar una sonrisa. Esa es otra de las pruebas de la magia de Taylor Swift: la conexión y el espíritu de comunidad entre los fans.
Esto fue: real. In the middle of the night in madrid 🐍✨ #MadridTStheErasTour #TaylorSwiftErasTourEspaña pic.twitter.com/CvZJBUDIwe
— Alberto González ⸆⸉ ᚠ (@Moguei) May 31, 2024
Entre intercambios de pulseras, outfits inspirados en los discos, eras y experiencias personales -una mezcla muy poderosa que añadía una capa más al concierto en sí mismo-, sucedió el concierto. Swift, armada con su habilidad para contar historias y su cercanía con los fans, así como con una potente voz -sí, aunque muchos intenten menospreciar sus dotes artísticas en base a los prejuicios- creó una atmósfera electrizante que muchos describen como superior a la emoción de un partido de fútbol. Puede que no sean elementos comparables, pero el poderío de la cantante, pero Taylor Alison Swift consiguió levantar a más de 70.000 personas de todas las edades, demostrando que la música tiene el poder de unir a las personas de manera única. Con un guiño a su álbum debut homónimo, Taylor Swift y ese Our Song, la artista repasó sus trabajos, abriendo con el colorido y sentimental Lover (2019), pasando Fearless (2008) -aquel que consolidó su estatus en la música country y se llevó el Álbum del Año en los Premios Grammy- con canciones como el citado himno, Love Story.
También tuvo espacio -¡muy poco!- Speak Now (2010) y su Enchanted y su cuarto trabajo, el venerado y muy querido Red (2012), en el que Swift continuó expandiendo su sonido, incorporando más elementos pop y logrando éxitos absolutos como We Are Never Ever Getting Back Together y I Knew You Were Trouble, así como pariendo la joya de la corona, la considerada como una de las mejores canciones de la cantante, All Too Well, que golpeó como pocas en la entregada audiencia del Bernabéu. Sí, a partir de Red es difícil detectar las raíces country de la artista, más entregada a una suerte de mezcla ecléctica de estilos, igualmente poderosos, pero sin olvidar la compleja lírica que encierran sus orígenes y que siempre ha llevado consigo, trabajo tras trabajo. También tuvimos espacio para 1989, uno de sus discos más pop, un pelotazo aclamado por críticos -ganador de un segundo Grammy al Álbum del Año- y por fans que presentó a los asistentes temazos como Shake It Off, Wildest Dreams, Blank Space y Bad Blood -este último con lenguas de fuego incluidas- y Reputation (2017), un álbum con un tono más oscuro y maduro, en el que Swift exploró temas de identidad y percepción pública y que ahondó en algunos de los momentos más duros de la cantante.
Lo de Taylor Swift en el Bernabéu -que por cierto, tiene mejor acústica de lo que dicen- ha sido un escándalo. Una puerta grande. Una coronación a una artista que lo da todo. A la figura más influyente de nuestros días. Vaya pasada. #MadridTStheErasTour #TaylorSwiftErasTourEspaña pic.twitter.com/LRVNobVAUC
— Alberto González ⸆⸉ ᚠ (@Moguei) May 30, 2024
Más allá de sus trabajos pandémicos, Folklore y Evermore (2020), que tuvieron su onírico momento en este colosal concierto, más acústico e introspectivo y abonados al lirismo poético y las narrativas complejas entre personajes que viven y respiran en sus canciones -como la propia cantante nos relató en su speech-, Taylor Swift nos ofreció un potente directo con The Tortured Poets Department (2024), un reciente trabajo que ha arrasado en ventas y crítica. Es un trabajo bastante atípico que renueva sus votos con el desamor y explora algunos de los lados más complejos de su personalidad -es un diario abierto al fondo de su ser-, con canciones como Down Bad, The Smallest Man Who Ever Lived, Fortnight o But Daddy I Love Him. Sin lugar a dudas, uno de los momentos de la noche. La despedida, como mandan los cánones swifties fue con Midnights (2022), con el que cerró la velada. Una velada que duró más de tres horas y en la que Swift lo dio todo.
El impacto de Taylor Swift y su Eras Tour en el Bernabéu es un recordatorio poderoso de la evolución de la cantante y su capacidad para congregar alrededor de su figura a personas de todo el mundo. Es una figura que ha vendido millones de discos y ha ganado numerosos premios, que goza de una clara y reivindicable forma de reinventarse y cuyo talento para contar historias le ha asegurado su lugar como una de las artistas más influyentes de su generación. Y de la historia, para qué andarnos con rodeos. Ha demostrado que es la jefa, ungida por la creatividad y y por una relevancia que genera miedo, confusión y nerviosismo en muchos y que, os avisamos, está muy lejos de agotarse. Mientras el Santiago Bernabéu continúa siendo un santuario del fútbol, eventos como este demuestran también capacidad para acoger experiencias inolvidables que sumen a su leyenda y legado. Esta ha sido una de ellas.