Lo cierto es que un fenómeno como un tsunami no es algo desconocido para la peninsula ibérica. El día de Todos los Santos de 1755 marcó un antes y un después en la historia de Lisboa y también de España debido al gran terremoto que sacudió la capital portuguesa, seguido de un devastador tsunami y varios días de incendios. Este catastrófico evento no solo cobró la vida de aproximadamente 90.000 personas en Lisboa, sino que también tuvo efectos mortales a lo largo de la costa atlántica, incluyendo a casi 10.000 personas en Marruecos y unas 20.000 en Andalucía, especialmente en Cádiz donde las olas alcanzaron los 12 metros de altura.
A lo largo de los siglos, las costas de Andalucía han sido testigo de numerosos tsunamis, aunque en su mayoría han sido de menor magnitud que el de 1755. Eventos registrados en años como 1790, 1804, 1954, 1969, 1975 y 1978 han sido catalogados como leves, sin embargo, siguen siendo un recordatorio de la vulnerabilidad de esta región a tales fenómenos naturales.
El último de estos eventos ocurrió hace veinte años, cuando un maremoto cerca de Argelia generó una ola que, aunque debilitada al llegar a las costas andaluzas, fue suficiente para hundir más de un centenar de barcos en las Baleares.
Una probabilidad del 100% en los próximos 30 años
La preocupación por un posible futuro tsunami es alta, especialmente tras las advertencias de la UNESCO sobre la alta probabilidad de que se produzca una ola de más de seis metros en el Mediterráneo en los próximos treinta años. Ante esta amenaza, la respuesta de las autoridades ha sido lenta, pero recientemente ha comenzado a cambiar con la introducción de planes de alerta y evacuación por parte del gobierno de Andalucía y el gobierno español, marcando un paso adelante en la preparación y respuesta ante desastres naturales.
Los planes de contingencia actuales se centran en las áreas más vulnerables, como son los entornos de Huelva y Cádiz, donde hasta veinte municipios podrían enfrentarse a un tsunami de gran tamaño. En estas áreas, se estima que una gran ola podría tomar cerca de una hora en llegar a la costa. Por otro lado, en la Andalucía oriental, aunque las olas previstas serían más pequeñas, la frecuencia esperada es mayor y el tiempo de reacción sería significativamente menor, con olas de más de cinco metros que podrían alcanzar las costas en menos de seis minutos.
Olas de hasta seis metros
También el estudio Probabilistic Tsunami Hazard in the Mediterranean Sea (Tsumaps), llevado a cabo por el consorcio Mare Nostrum, representa un esfuerzo significativo para comprender y prever los riesgos asociados a los tsunamis en la región del Mediterráneo. Este utiliza modelos avanzados de simulación y datos históricos para evaluar la probabilidad de tsunamis y llegó a la conclusión de que las mayores probabilidades de que se produzca este fenómeno se deben a la falla marina de Averroes. Incluso se estima que las olas provocadas por un terremoto en esta zona alcanzarían los seis metros de altura.
Por su parte, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España ha examinado las fallas marinas en el mar de Alborán, identificando que no solo las fallas normales e inversas podrían provocar tsunamis, sino también las fallas de salto en dirección. A pesar de los avances en la planificación y la respuesta a desastres, la pregunta no es si habrá un tsunami en Andalucía, sino cuándo ocurrirá y si la región estará suficientemente preparada para enfrentarlo.
