Tras el reciente ataque de Irán a Israel, la pizzería Papa John's cercana al Pentágono en Washington DC en EE. UU. experimentó un aumento inusual en su actividad, un fenómeno que captó la atención en las redes sociales y reavivó el interés por el Pizza Meter. Este peculiar indicador, que surgió en la década de 1990, ha sido utilizado para prever acciones militares estadounidenses, basándose en la cantidad de pizzas entregadas a edificaciones clave del gobierno de Estado Unidos durante crisis o eventos globales significativos.
Un concepto surgido en plena Guerra Fría
La idea se basa en que en momentos de alta tensión, el personal de estos edificios trabaja extensas jornadas, recurriendo a pedidos de comida rápida como la pizza para mantenerse. El concepto de Pizzómetro fue ideado por Frank Meeks, quien observó un patrón de pedidos elevados de pizza a la CIA y otros organismos gubernamentales en vísperas de eventos internacionales críticos, como la invasión de Kuwait por Irak.
Este aumento de pedidos se interpreta como un signo de que los equipos de crisis están en sesión, trabajando a través de noches enteras, lo cual fue una pista para los medios y analistas políticos sobre la preparación ante posibles conflictos o emergencias.
Un indicador que sew toma en serio
La teoría ganó notoriedad y fue comparada con otros indicadores no convencionales, como el Waffle House Index, que se usa para evaluar el impacto de tormentas y desastres naturales mediante el estado operativo de estas cadenas de restaurantes. Sin embargo, tras la divulgación pública del este indicador, los organismos del gobierno estadounidense variaron sus hábitos de pedido para evitar predecibilidad, optando por métodos menos rastreables para adquirir alimentos durante sesiones extendidas de trabajo. Aunque por lo que se ve, el sábado se quedaron trabajando hasta tarde y pidieron pizzas a los establecimientos cercanos, como de costumbre.
De hecho, se hizo viral un tuit con una captura de una pizzería ubicada junto al pentágono que aumento sus ventas notablemente después del ataque a Israel, alimentando todo tipo de especulaciones incluso de una tercera Guerra Mundial. Aumentando así la preocupación en redes sociales sobre una posible escalada militar de EE. UU. en respuesta al ataque.