Es uno de los grandes hallazgos de los últimos meses en el ámbito de la astronomía. Un equipo internacional de investigadores, con la colaboración española del Centro de Astrobiología (CAB), ha revelado un fascinante descubrimiento sobre una galaxia muy distante y remota, JADES-GS-z7-01-QU. Según el estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature, esta galaxia dejó de formar estrellas apenas 700 millones de años después del Big Bang. Pero, ¿por qué es tan importante? El fenómeno, comparable a los descubrimientos que ponen en duda a Einstein y lo que sabemos del universo, ha desconcertado a la comunidad científica en conjunto, ya que la causa de este apagón estelar tan repentino aún no se comprende completamente.
Una galaxia muerta que ha desconcertado a la comunidad científica y a los astrónomos y del que comenzamos a saber más
Comencemos por lo obvio. Los científicos están entusiasmados con la posibilidad de obtener nuevos conocimientos sobre el universo primitivo y los factores que influyen en la formación estelar, ya que, como se relata en este artículo de la Universidad de Cambridge, se espera que se puedan identificar posibles cambios que podrían afectar este proceso fundamental en nuestro universo. Desde hace años, una teoría que se baraja es que la galaxia pudo haber experimentado una especie de "muerte prematura", con un período de formación estelar extremadamente rápido seguido de un abrupto cese en la creación de estrellas.
Suena algo extraño, sí, pero según las estimaciones de los astrónomos, el período de formación estelar de esta galaxia pudo haber durado entre 30 y 90 millones de años, antes de detenerse repentinamente entre 10 y 20 millones de años antes de que fuera observada por el Telescopio Espacial James Webb -sí, el mismo que nos está revelando impactantes imágenes de nuestra galaxia-. Además, según el estudio, se ha destacado que la masa de la galaxia es relativamente baja en comparación con otras. Tobias Looser, investigador del Instituto Kavli de Cosmología de la Universidad de Cambridge, ha remarcado la importancia de este descubrimiento al explicar que los primeros cientos de millones de años del universo fueron extremadamente activos.
"Los primeros cientos de millones de años del universo fueron una fase muy activa, con muchas nubes de gas colapsando para formar nuevas estrellas. Las galaxias necesitaban un rico suministro de gas para formar nuevas estrellas", indicaba Looser. Y no es para menos, pues en aquellos primeros cientos de millones de años del universo se formaron muchas nubes de gas que acabaron colapsando para formar nuevas estrellas. Lógicamente, las galaxias necesitaban un suministro abundante de gas para alimentar este proceso.
Pero, ¿cuáles fueron las causas? Pues bien, el estudio cree que las posibles causas de este cese abrupto en la formación estelar, se considera que existen factores tanto internos como externos. Entre los internos, se contempla la formación de un agujero negro supermasivo -como el que existe dentro de la Vía Láctea- o la retroalimentación de la formación estelar, que podría haber expulsado el gas de la galaxia, interrumpiendo así la formación estelar. En otras palabras: pudo haber vivido deprisa y muerto joven.
Pero no todo está tan claro. El profesor Roberto Maiolino, coautor del estudio, señaló que aún no están seguros de si alguno de estos escenarios puede explicar completamente lo observado. Lo que sí sabemos es que este descubrimiento abre nuevas puertas para comprender mejor la evolución de las galaxias en el universo temprano y los procesos que influyen en la formación estelar. El universo sigue siendo un lugar tan misterioso como fascinante, algo que genera tantas certezas como dudas entre los astrónomos que buscan constantemente respuestas a las preguntas que nos rodean.
