La creciente preocupación de los senadores estadounidenses por mantener la ventaja del país en la carrera espacial, se ha intensificado en el contexto de los avances significativos realizados tanto por China, en su programa espacial, como por empresas privadas como SpaceX. Los senadores Kyrsten Sinema y Eric Schmitt, figuras clave en el subcomité de ciencia y espacio del Senado de Estados Unidos, han instado a los reguladores federales a acelerar la aprobación de lanzamientos espaciales comerciales.
En una carta reciente ala que tuvo acceso CNN, argumentan que el ritmo actual de procesamiento de licencias para lanzamientos y reingresos podría perjudicar la posición de liderazgo de Estados Unidos en la nueva carrera espacial.
“A medida que aumenta el ritmo de los lanzamientos de las compañías de vuelos espaciales comerciales de EE. UU. y la industria espacial de China respaldada por el estado continúa creciendo, es imperativo que los procesos de la FAA y otras agencias federales se adapten para seguir el ritmo de la innovación estadounidense, así como de las amenazas adversas en el espacio. ”, escribieron los senadores en el documento.
China ha puesto el turbo
Esta demanda de aceleración surge en un momento en que China ha logrado hitos notables en la exploración espacial, como el alunizaje del Chang'e-4 en la cara oculta de la Luna y el lanzamiento exitoso de la misión Tianwen-1 a Marte. Estos avances del país, junto con el rápido desarrollo de la industria espacial privada estadounidense, liderada por empresas como SpaceX, han generado una sensación de urgencia entre los legisladores estadounidenses.
SpaceX presiona a su manera
La compañía de Elon Musk en particular, ha sido responsable del desarrollo de tecnologías innovadoras como las pruebas de despegue de Starship, que será el futuro módulo lunar, y ha expresado frustraciones por las demoras regulatorias que han obstaculizado su progreso. Aunque cabe destacar que la FAA ya ha autorizado 104 lanzamientos este año, en comparación con 26 lanzamientos en 2019, aunque parecen no ser suficientes.
El temor es que estos retrasos puedan permitir que China cierre la brecha en la exploración espacial. Beijing está avanzando en un esfuerzo paralelo al programa Artemis de la NASA, con el objetivo de llevar astronautas chinos a la misma región de la luna aproximadamente al mismo tiempo. En este contexto, consideran crucial que la FAA y otras agencias federales se adapten rápidamente para mantenerse al día con la innovación estadounidense.
En 2018, China lanzó más cohetes al cosmos que cualquier otra nación. Un año después, hizo historia cuando el Chang'e 4 aterrizó con éxito el primer rover en la cara oculta de la Luna. También en 2020, el sistema de navegación BeiDou 2 lanzó su satélite número 35, completando una extensa constelación que promete brindar cobertura global como una alternativa al GPS estadounidense y al sistema de posicionamiento Galileo de Europa. Incluso tiene su propia estación espacial orbital, la Tiangong.
Exploración espacial por motivos económicos
A diferencia de la NASA y otras agencias espaciales cuyos objetivos declarados son realizar exploración espacial para el avance de la ciencia, el programa espacial de China está más preocupado por las ganancias económicas, el posicionamiento geoestratégico y el apoyo a los objetivos de desarrollo. Por ejemplo, un asteroide de unos 200 metros de longitud, rico en platino, podría costar hasta 30.000 millones de dólares y China lo sabe. Por eso investigadores chinos como Lin Mingtao ya están trabajando en el Centro Nacional de Ciencias Espaciales para capturar un asteroide cercano a la Tierra y ññevarlo al país para inspeccionarlo y extraer sus recursos.
El escenario geopolítico actual refleja una competencia espacial que recuerda a la Guerra Fría, aunque con características distintas. En esta nueva era, la colaboración y la competencia entre naciones y empresas privadas juegan un papel crucial. La rivalidad entre China y Estados Unidos en el espacio no solo tiene implicaciones en términos de prestigio y liderazgo tecnológico, sino también en aspectos relacionados con la seguridad nacional y la economía.
