Warner Bros. Discovery y DC Studios tienen un problema. The Flash, que se ha estrenado con un fuerte descalabro en la taquilla, es el tercer estreno basado en un tebeo de la major tras Black Adam y Shazam: La furia de los dioses que se la pega en su llegada a las salas. Y no hablamos de un pequeño traspiés, o de una falta de ingresos menor a lo esperado. El gran blockbuster en el que Warner confiaba para el verano no está funcionando y aún tiene pendiente de estreno Blue Beetle y Aquaman and the Lost Kingdom. ¿Qué sucederá ahora?
Warner y DC tienen un problema con sus películas y un agujero de 1100 millones de dólares al respecto
El presente de DC en el cine es aterrador y un auténtico problema para Warner y sus responsables. Aunque los jefes de DC Studios, James Gunn y Peter Safran, han anunciado que reiniciarán la licencia de DC en 2025, comenzando con Superman: Legacy, la situación actual es bastante complicada y ha dejado a Warner en un escenario aterrador. La fatiga de los superhéroes en el cine es real, y las audiencias no están respondiendo en absoluto a las nuevas entregas que han estado llegando a las salas. "The Flash es un caso de llegar en el peor momento posible, algo inevitable pero terrible", explicaban desde Variety un ejecutivo de un estudio rival.
"El público no siente que tiene que invertir dos horas de su vida en una película así porque no va a importar en el futuro", continuaba la fuente anónima. Teniendo en cuenta los presupuestos de producción y los posibles gastos de marketing para estas cuatro películas, incluyendo a The Flash, hablamos de un agujero financiero total que va entre los 1100 y 1200 millones de dólares, una cantidad desorbitada e inviable para un estudio de Hollywood en estos tiempos. La cinta con Ezra Miller se acaba de estrenar, pero Dwayne Johnson y su Black Adam fueron un gigantesco descalabro en parte por la mala planificación de actores y su errónea promoción, algo que afectó a Shazam 2, que se vio arrastrada.
“La película debería haberse estrenado con una taquilla similar o cercana a los 120 millones a nivel nacional", explicaba un veterano de la industria que ha trabajado en muchas campañas importantes y en grandes estrenos cinematográficos en los últimos años. "Esto es un desastre absoluto", remarcaba, recordando que ni la crítica, ni los espectadores, que atizaron la calidad de la infografía digital y los efectos especiales, han apoyado la producción de Andy Muschietti. The Flash es el epítome del agotamiento paulatino del género, algo que unido a los escándalos de Ezra Miller, que golpeó a una mujer, generó escándalos públicos en Hawái e incluso llegó a ser acusado de secuestros y allanamientos de morada, han acabado de dar la puntilla.
Apartado de la promoción -menos en la premiere-, Warner se ha gastado decenas de millones de dólares en la publicidad del filme, con anuncios en las finales de la NBA, declaraciones de personalidades y spots en internet, que no han conseguido atrapar al público.
Ha sido un descalabro mayúsculo. The Flash tenía como objetivo ser un éxito y no va camino de ello.
