Arnold Schwarzenegger, de 75 años de edad, se ha despedido del que muchos consideran su papel más icónico y representativo. El intérprete, estrella del cine de acción y uno de los nombres propios más influyentes de Hollywood, muy activo en redes sociales y defensor de la libertad en EE.UU, ha confirmado que dice adiós a Terminator y su icónico T-800. Al mismo tiempo critica las últimas películas de la saga y comenta sus razones para dejar de ser la máquina de matar cibernética que parió junto a James Cameron.
Schwarzenegger se despide de Terminator: el T-800 descansará para siempre
Terminator es un papel especial para Schwarzenegger. El actor, que pronto estrenará un increíble documental en Netflix que recorrerá su carrera, adoptó la forma de un androide enviado al pasado por una inteligencia artificial malvada de cara a asesinar a Sarah Connor, papel encarnado por Linda Hamilton, la futura madre del líder de la resistencia humana.
En la secuela de aquella cinta de los ochenta, su papel adoptó un rol protector, y lo encumbró a los cielos con Terminator 2: El juicio final. Pese al éxito de la segunda parte, la saga continuó con secuelas poco agraciadas, algunas con Schwarzenegger y otras sin él. Su suerte fue dispar.
En plena promoción sobre su regreso al circuito mediático, algo que se verá con Fubar en Netflix, Schwarzenegger se sincera y confirma en The Hollywood Reporter que no volverá a ser el T-800, y aunque critica las últimas secuelas de la saga, algo que el propio Cameron reconoce, piensa que la licencia puede continuar sin él.
"La saga no está acabada, pero yo sí. Recibí el mensaje alto y claro de que el mundo quiere seguir adelante con un tema diferente cuando se trata de Terminator. A alguien se le tiene que ocurrir una gran idea", explica, indicando que Destino Oscuro tiene su propia parte de culpa en esto. "Terminator fue en gran parte responsable de mi éxito, por lo que siempre le tendré mucho cariño. Las tres primeras películas fueron geniales. En la cuarta, Salvation, no estuve porque era gobernador", continúa, haciendo un repaso a la atribulada carrera cinematográfica del austriaco.
"Luego, la quinta Génesis ,y sexta, Destino oscuro, no fueron la conclusión en lo que a mí respecta. Lo sabíamos de antemano, porque sencillamente no estaban bien escritas", concluía, indicando que la calidad de ambos filmes muy mediocre. Luchador por los guiones de sus películas, el antiguo gobernador de California vuelve al cine y la televisión, pero sin tener tejido vivo sobre endoesqueleto de metal. La licencia revivirá, Cameron trabaja en un reinicio gore y parecido al primer filme ochentero, pero no tendrá a su figura más icónica.
