Gwyneth Paltrow, que ya ha abordado los problemas sobre su carrera en el cine y en Hollywood, ha confesado que ganar el Óscar a la mejor actriz en 1999 por Shakespeare in Love le costó la salud, conduciéndola a una serie de problemas de identidad y crisis en su día a día. La actriz, que tenía apenas 26 años por aquel entonces, se impuso a grandes nombres como Cate Blanchett y Meryl Streep. Paltrow, que diversificado su nombre y su marca, piensa que la estatuilla no le benefició en absoluto. Guarda buen recuerdo del momento, pero cree que la prensa se cebó con ella y fue cruel por llorar en público.
Gwyneth Paltrow cree que ganar un Óscar no le benefició en absoluto y que la estatuilla le restó salud y estabilidad mental
"Una vez gané el Oscar, me empujó hacia una especie de crisis de identidad, porque si ganas el premio más grande, ¿qué se supone que debes hacer después? ¿Y adónde se supone que debes ir?", confiesa Paltrow en declaraciones recogidas por Variety. "Fue difícil procesar la cantidad de atención que recibes en una noche como esa y las semanas siguientes, es muy desorientador. Y, francamente, muy poco saludable. Yo estaba como, 'Esto es una locura. No sé qué hacer, no sé hacia dónde ir’. Fue mucho. No es que lo devuelva ni nada, fue una experiencia increíble, pero me llevó a dudar de muchas cosas", prosigue.
El discurso de aceptación del Oscar de Paltrow fue muy sonado, ya que la intérprete rompió en llanto mientras se lo dedicaba y agradecía a sus padres, Blythe Danner y Bruce Paltrow. Los padres de Paltrow estaban sentados junto a ella cuando ganó el premio, y aunque fue un momento emotivo, la prensa se metió con ella. "Sentí un verdadero giro esa noche porque sentí que hasta ese momento todos me estaban apoyando de alguna manera. Y luego, cuando gané, fue demasiado y pude sentir un cambio real en sus opiniones", arranca. Como explican medios estadounidenses, lo que los medios no sabían en ese momento era que el padre de Paltrow, Bruce, estaba enfermo de cáncer. Falleció pocos años después, en 2002.
"Estaba realmente debilitado. Verlo allí, en este momento totalmente abrumador... Y, ya sabes, tenía 26 años. Lloré y la gente fue muy mala al respecto y pensé: ‘Guau, estoy notando un gran cambio de energía. Creo que voy a tener que aprender a ser menos sincera y mucho más protectora conmigo misma y filtrar mejor a las personas’", recuerda. Según la actriz, la prensa fue cruel con ella, especialmente en Reino Unido. "Recuerdo que estaba trabajando en Inglaterra… y recuerdo que la prensa británica fue horrible conmigo porque lloré. Y no necesariamente sabían que mi padre se estaba muriendo de cáncer", concluye. Hace meses, Halle Berry confesó que alzarse con el premio más importante le estropeó su carrera en Hollywood.
