Jeff Reitz ha dejado su huella en la historia de los récords Guinness visitando el parque más mágico del mundo: Disneyland. El hombre de 50 años recibió un pase anual para visitar este popular centro de entretenimiento y tomó la decisión, por lo que sea, de ir a diario. La historia de esta curiosa aventura empezó hace una década, cuando en las manos de Reitz cayó del cielo un pase que le permitía acceder a Disneyland tanto como quisiera durante un límite de días al año (por lo menos 150 días). El autor de esta hazaña estaba en desempleo y su situación no parecía cambiar, por lo que tomó la decisión de ir una y otra vez en busca de la magia de Disney. Los responsables del Guinness ya se han puesto en contacto con Reitz para abrir una nueva sección en el libro de récords del mundo dedica a este tipo de visitas.
El sueño de muchos seguidores de Disney conseguido por un hombre de California
El veterano de la Fuerza Aérea visitó el parque durante 2995 días consecutivos, y tuvo que parar de forma obligatoria debido al cierre de Disneyland por la pandemia de COVID-19, pero de lo contrario es probable que esa cifra se viera aumentada. Debido a que no encontraba trabajo, el reto de visitar el parque de forma constante de convirtió en su motivación para seguir adelante: "Durante mis primeros 200 días, publicaba mis visitas en las redes sociales. Ahora trato mi Instagram como un álbum de fotos personal de Disney. El día 60 de mi desafío, conocí a un reportero que terminó compartiendo mi historia y comencé a volverme viral. Incluso terminé en una alfombra roja en el estreno de una película de Disney", decía Reitz a The Guardian.

"Pronto comencé a ser reconocido por otros invitados, que querían sacarse fotos conmigo. Se volvió realmente loco cuando las celebridades reales comenzaron a enviarme mensajes. Un año después de mi racha, Disney me regaló la Dream Suite en su hotel por una noche, sobre la atracción de Piratas del Caribe. Fue muy especial estar allí". Reitz pasó a convertirse en un personaje más dentro de Disneyland y, de hecho, en una de las principales herramientas de promoción de la compañía sin quererlo.