Fast and Furious 10 o Fast X, la décima entrega de la saga cinematográfica protagonizada por Vin Diesel, comenzó con mal pie. Pese a que contará con nuevos rostros como el de Jason Momoa, Daniela Melchior y Brie Larson, parece que el rodaje, de una forma u otra, está causando estragos y desatando el infierno entre los residentes de la tranquila barriada de Angelino Heights en Los Angeles. Según comenta en Variety, los vecinos no pueden dormir, llegar a sus trabajos o pasear tranquilamente por las calles de su lugar de residencia. Las acrobacias, persecuciones y tiroteos ficticios estarían perturbando la paz de la zona y asustando a mayores y niños.
Angelino Heights es una zona que es mítica para la saga Fast pero cuyo nuevo rodaje ha generado tensión
Desde que se estrenó la primera parte en 2001, los seguidores de Fast and the Furious han peregrinado directamente a Angelino Heights para admirar Bob’s Market, la tienda propiedad de la familia de Dominic Toretto (Vin Diesel) en la película, así como la pintoresca casa victoriana del personaje. Pero en estos momentos, parece que la situación es insostenible.
Si bien los fanáticos de los coches se dirigen noche sí y noche también a correr y hacer trompos en la zona, el rodaje de la décima entrega de Fast parece haber vuelto locos a los vecinos del barrio. La nueva película de Fast habría conseguido los permisos para filmar varias secuencias de persecuciones y acrobacias en Angelino Heights, causando nuevos trastornos para los residentes.
“Si se permite que esta filmación de F10 continúe en Angelino Heights, o cualquier parte de ella con el beneplácito de Universal... Organizaremos una gran protesta e invitaremos a muchos reporteros y cámaras de noticias a que vengan a grabarnos toda la noche y el día protestando por el rodaje", comentaba un vecino del barrio a Variety. "Más de 178 personas han fallecido corriendo en estos eventos callejeros, y dejaremos en ridículo a Universal por su insensible desprecio por esta epidemia mortal cultura de carreras callejeras que sus películas comenzaron y continúan promoviendo", concluyó. Desde el estreno de las primeras películas de Fast, Angelino Heights ha sido el centro de estas carreras ilegales que llevan perturbando la tranquilidad de los vecinos durante las madrugadas.
El rodaje de la décima secuela habría sido la gota que ha colmado el vaso. Si bien Universal tendría permisos para un par de días, el impacto del rodaje se lleva sintiendo en sus calles desde hace poco más de un año, con pruebas, localizaciones previas y conatos de accidentes varios. “Nuestra mamá se queda con nosotros, tiene 90 años, y se asusta por las noches con estos tipos de sonidos", comenta uno de los vecinos. "Hay niños en el vecindario justo en esa esquina. No debería estar permitido", remarca. A veces, los conductores ilegales que, guiados por la saga, se ponen a correr por las calles del barrio, se estrellan o generan destrozos en las casas y propiedades. Como explican los vecinos, es el propietario el que tiene que hacerse cargo de los daños. "Alguien acabará herido y alguien perderá la vida aquí. Más pronto o más tarde", concluía otra vecina.