Jugar al rol es una de las experiencias más absorbentes de cuantas existen en el campo de los juegos de mesa. Se trata de un entretenimiento muy completo, en el que narración, interpretación, dados, miniaturas, papel y lápiz se fusionan a la hora de contar una historia en la que somos protagonistas. Si bien la oferta es ingente, como ya os hemos contado, hay un juego que destaca por encima de sus competidores: Dragones y Mazmorras. Con partidas que pueden varias de duración, en Canadá hay una sesión de juego que lleva en activo desde hace más de 40 años y es una de las más épicas de toda la historia.
La partida más épica de la historia de Dragones y Mazmorras: El creador la inició hace 40 años y ahora su hija juega con él
Comencemos por el principio. Robert Wardhaugh es un profesor de historia de la Universidad de Ontario Occidental, en Canadá. Aficionado al rol y a la fantasía, Wardhaugh es el creador de una de las partidas de Dragones y Mazmorras más duraderas y gigantescas de la historia conocida. Esta partida, que continúa actualizándose y ofreciendo historias, aventuras y experiencias a jugadores de todas partes del mundo -hay lista de espera para participar en ella-, se juega una media de 10 horas a la semana, ofreciendo nuevos retos a sus jugadores de forma constante. Según los cálculos de Wired, hablamos de 20.800 horas jugadas en total lo largo de todas estas décadas en las que se ha ido manteniendo.
Como os podéis imaginar, mantener una campaña de tamaña duración requiere de un esfuerzo increíble, así como de una serie de recursos que permitan presentar nuevas situaciones, desafíos o criaturas. Y aunque no es un requisito imprescindible en Dragones y Mazmorras, Wardhaugh cuenta con más de 30.000 miniaturas y figuras de todo tipo para el juego, con dragones, zombis, enanos, orcos, vampiros, arañas y numerosos bandidos, trasgos y seres de todo tipo.
Lógicamente, si se tiene esta ingente cantidad de figuras, también hay que decorar y crear escenarios lo suficientemente distintos y desafiantes para los combates y las múltiples historias vividas hasta la fecha. El canadiense, como podéis ver en el vídeo que acompaña al artículo, tiene cientos de piezas de escenografía, las cuales representan lugares de lo más variado, desde bosques, selvas y campos a parajes helados e invernales, cuevas, ciudades, edificios o coliseos. Lo bonito de este asunto es que, más allá de aquellas piezas que ha ido comprando a lo largo de los años, Wardhaugh ha ido pintando y diseñando muchas de estas miniaturas, lugares y elementos de escenografía.
Wardhaugh no permite que ninguna otra persona se acerque a sus miniaturas ni cosas de Dragones y Mazmorras, y las pinta y cuida incluso cuando no se está jugando. Almacenarlas es un problema, sí, pero este profesor de universidad tiene espacio. Las partidas se juegan en el sótano de su casa, algo que considera su santuario, una especie de portal a otro mundo. Durante las más de cuatro décadas en las que ha ido construyendo esta historia, Wardhaugh ha creado países, regiones, reinos, culturas y religiones, así como innumerables historias ambientadas en un escenario que parece no tener fin en su imaginación.
Como él mismo confiesa, hay al menos un centenar de tramas, muchas de las cuales siguen abiertas o tienen continuaciones en la actualidad. Hasta la fecha, han desfilado más de 500 personajes por su mesa, contando incluso con descendientes, parientes y herederos que continúan con sus andanzas en este mundo de ficción. Aunque las guerras, los combates contra dragones y amenazas sobrenaturales son importantes, también hay espacio para romances, tramas de venganzas, campañas secundarias y misiones de recadero que se han ido torciendo y extendiendo más de la cuenta. Pero, ¿y si nos matan? En la partida de Wardhaugh la muerte es permanente, así que hay que tener cuidado. Por eso recomienda tener personajes secundarios, hijos o escuderos que continúen con la aventura si hay algún incidente o combate indeseado.
Si alguien muere, y no tiene personaje secundario, está eliminado. Para siempre. Según confiesa Wardhaugh, hay jugadores que han roto a llorar por no poder seguir adelante en estas historias que, para muchos, son el mejor momento de la semana. Sin embargo, esta sensación de peligro mantiene en tensión a los protagonistas y jugadores, otorgándole emoción a la partida ya que el miedo sobrevuela cada tirada. Si bien usa reglas oficiales de Dragones y Mazmorras, ha personalizado el manual, contando elementos únicos que hacen las partidas más detalladas o distendidas. Lo bonito de esta partida épica, similar a la de otros jugadores famosos, es que la hija de Robert Wardhaugh lleva jugando con su padre desde los 6 años. Comenzó con una hada y ahí está, semana tras semana, disfrutando del rol. Su novio también entró, y aunque rompió con ella, continúa tirando D20 junto a su exsuegro.
Para Wardhaugh, Dragones y Mazmorras le ha permitido mantener el contacto con amigos de la infancia, conocer mejor a sus vecinos, disfrutar en familia de una experiencia bonita y rellenar su tiempo libre con un hobby que le ofrece múltiples facetas. De momento no tiene pensado ponerle final a la partida, que espera continúe al menos unas cuantas décadas más.