Quentin Tarantino nos está regalando algunos titulares realmente interesantes en las últimas semanas. En plena promoción de su novelización de Érase una vez en Hollywood, el cineasta ha comentado qué piensa de su guion de Asesinos natos, hasta qué punto baraja adaptar las aventuras de Rambo con Adam Driver o cómo sigue viendo el negocio del cine con la llegada del streaming como medio de difusión mayoritario. Pero una de sus espinitas clavadas sigue siendo Star Trek, una versión a su manera en la que estuvo trabajando meses y que habría tenido un toque Pulp Fiction y de la que hoy conocemos más gracias a Mark L. Smith, guionista de El Renacido, que trabajó con Tarantino en la elaboración del guion.
Una Star Trek con un estilo particular: un filme de gángsters en el espacio
Durante varios años desde mediados de 2017, cuando comenzó a fraguarse el proyecto, los fanáticos de Star Trek y Tarantino pensaron que se iban a llevar el premio gordo. Tras un reinicio que falló en su tercera entrega, Paramount Pictures y Bad Robot buscaron una nueva salida a una saga cinematográfica que había renacido de sus cenizas.
Y pensaron en Tarantino, que con su amplia gama de conocimientos de cine y televisión, además de ser un gran admirador de la serie original, podría haber llevado a la saga a nuevos caminos. El cineasta responsable de Malditos bastardos, de 58 años, presentó su versión de Star Trek y la major le dio luz verde.
El estudio contrató a Mark L. Smith para trabajar con Tarantino en la elaboración de un guion en firme que le diera forma al punto de partida que el realizador había concebido previamente. Pero los cambios dentro de Paramount, y el avance de su proyecto personal, Érase una vez en Hollywood, aparcaron las posibilidades de esta historia que habría explorado el lado cómico de Kirk. Gracias a una entrevista en el podcast Bulletproof Screenwriting (vía ScreenRant), Smith ha abordado sobre cómo la visión de Tarantino involucraba un cierto toque clásico propio de las películas de gángster de la década de 1930, así como viajes en el tiempo de todo tipo.
"Fue a través de J.J. Abrams, a través de Bad Robot. He hecho algunas cosas con ellos. Y por eso siempre me traen cosas interesantes... Pero Tarantino, de verdad, él quería hacer esto. Así que todos nos reunimos en una habitación y hablamos sobre las formas de presentar la historia. Después de eso, simplemente me llamaron y me dijeron: Oye, ¿estás preparado para ello? ¿Quieres ir? Quentin te quiere ligar para la película", explica sobre cómo acabó recalando en el proyecto. "Le dije que sí, claro. Y ese fue el primer día que conocí a Quentin, que estaba en la habitación en la que nos reuníamos. Estaba leyendo una escena que había escrito, una secuencia con un toque de película de gángsteres clásica, totalmente increíble y genial, y se puso a actuar de un lado a otro", comenta.
"De verdad, estaba tan metido en el papel, tan enfadado que no lo grabé por respeto. Ese documento habría sido muy valioso. Fue increíble. Entonces empezamos a trabajar en el guion. Una noche, fui a su casa y nos pusimos a ver películas de gánsteres. Estuvimos allí durante horas... Nos pasábamos el rato relajándonos, debatiendo y viendo películas de gánsteres, riéndonos de los malos diálogos, pero intentando captar ese espíritu para nuestra película. Queríamos que Kirk llevase todo el peso de la acción. Realmente, toda la tripulación tenía su momento. Habría sido como un episodio especial. Uno de los buenos. Tenía de todo, incluso viajes en el tiempo. Había de todo. Era una película muy salvaje", concluye el guionista que recuerda cómo intentó llevar a buen puerto esta versión junto a Tarantino.
Esto concuerda con lo que sabíamos previamente, que Tarantino se había basado en un episodio de la segunda temporada de la serie original de Star Trek, A Piece of the Action, en la que la tripulación de la Enterprise acababa en un planeta en el que se habían quedado estancado en la edad de oro de la mafia, la década de los 20 y 30 en Estados Unidos.
