Es posible que a la cultura Cupisnique del Antiguo Perú, que adoraban a las arañas como si de deidades se trataran, le hubiese gustado saber que el MIT está inmerso en investigaciones para poder comunicarse con los arácnidos. ¿Cómo? Empleando para ello el tejido vibratorio que perciben con los pelos de sus patas; unas vibraciones que les sirve para desplazarse, por ejemplo, por sus telarañas. El equipo de científicos ha presentado su trabajo en la American Chemical Society esta semana, y así hemos podido conocer todos los detalles.
Arañas y vibraciones: Una nueva forma de comunicación
“Las arañas viven en este universo vibratorio... viven en este mundo de vibraciones y frecuencias, al que ahora podemos acceder”, sostiene uno de los autores del artículo Markus Buehler, científico de materiales del MIT. “Una de las cosas que podemos hacer con este enfoque es que, por primera vez, podemos comenzar a experimentar el mundo como lo hace la araña”. De esta manera, su trabajo consiste en traducir en sonido la tela de araña.
El trabajo anterior de Buehler, que es también músico, consistió en traducir proteínas a composiciones musicales. Con la ayuda del artista Tomás Saraceno, pudo digitalizó las telarañas en formato 3D, con el fin de echar un vistazo a la compleja red vibracional que hay tras la estructura que solemos ver a simple vista.
Al realizar esta traducción y aislar los sonidos de las diferentes hebras, los investigadores creen que en un futuro podrían llegar a comunicarse con una araña a través de su telaraña. Mientras tanto, empezarán manipulando una red a la espera de descubrir qué respuestas obtienen sobre la araña en cuestión. “Las arañas son silenciosas y la telaraña en sí también es algo que no solemos asociar con sonido”, dijo Buehler. “Estamos tratando de darle voz a la araña... para que tal vez algún día podamos tener una pequeña charla juntos”.
Para desarrollar este experimento, han creado también un programa de realidad virtual que permite a los usuarios familiarizarse con los sonidos de una telaraña, como si fueran uno de estos insectos de ocho patas.