El tiempo vuela y tal día como hoy, hace 15 años, MercurySteam nos sorprendió a todos con Castlevania: Lords of Shadow para PS3 y Xbox 360 (posteriormente también llegaría a PC), uno de los videojuegos más importantes que se han hecho nunca en España y una de las entregas más rupturistas y debatidas de la veterana saga de Konami.
No en vano, hablamos de un título que se atrevió a hacer algo tan valiente como reimaginar por completo la serie ofreciéndonos una historia completamente nueva que reescribía el mito de la eterna lucha de los Belmont contra Drácula para llevarnos a un universo de fantasía con un aspecto más realista y con un diseño de criaturas muy distinto al que estábamos acostumbrados.
Un 'God of War' a la española con identidad propia
Konami dio carta libre al estudio español para plasmar su propia visión de la serie en una entretenidísima y espectacular aventura de acción 3D que en su día fue comparada numerosas veces con God of War y que llegó a convertirse en el juego más vendido de la serie.
Como suele ocurrir en estos casos, fue un juego tan distinto a cualquier otra entrega que generó cierta división de opiniones entre los fans, provocando algo de rechazo entre los fans más puristas por lo mucho que se alejaba de lo que hasta aquel entonces entendíamos como Castlevania, pero si mirábamos más allá del nombre y nos centrábamos en lo que el título nos ofrecía como producto, lo cierto es que no se puede negar su calidad.
Su mezcla entre aventura, fases lineales con algo de exploración, plataformas, puzles y combates funcionaba de auténtico lujo y aunque le costaba un poco arrancar, era uno de sos juegos que, nivel tras nivel, no dejaba de mejorar y escalar, ofreciéndonos momentos tremendamente memorables, unos escenarios cautivadores y con una dirección de arte soberbia, unos combates contra jefes increíblemente épicos y uno de los mejores y más impactantes finales que recordamos en el medio.
Si bien sabía encontrar un gran equilibrio entre sus diferentes pilares y todo lo que hacía lo hacía bien, donde realmente destacó Lords of Shadow fue en su sistema de combate gracias a la necesidad de generar energía con los combos de nuestro látigo para posteriormente usarla y poner en práctica magias luminosas para recuperar vida u oscuras para castigar a nuestros rivales con grandes cantidades de daño, una dualidad que le daba un toque estratégico fantástico a las batallas y que nos obligaba tanto a gestionar nuestros recursos como a ser buenos y habilidosos con el mando.
Esto, sumado al hecho de que había una gran cantidad de rivales distintos a los que nos debíamos adaptar y que el juego se las apañaba para plantear una buena variedad de situaciones de combate distintas, se acababa traduciendo en unas batallas divertidísimas y muy satisfactorias. Por supuesto, los jefes no decepcionaron y si bien no eran muy numerosos, las peleas contra ellos supusieron los momentos más climáticos de nuestro viaje.
Entre sus aciertos también destacó una historia muy interesante y bien escrita que reescribía de manera muy inteligente la narrativa de la serie para plantearnos algo muy distinto sí, pero que también era consciente de su legado. Además, la elección de actores como Robert Carlyle o Sir Patrick Stewart fue simplemente perfecta, ayudando a realzar el sombrío y melancólico tono de la obra con sus interpretaciones. Y ojo, ya que el mismísimo Hideo Kojima actuó como asesor e interpretó al Chupacabras en la versión japonesa.
Por cierto, la banda sonora también rompió de lleno con el estilo musical de la saga para ofrecernos unas melodías grandilocuentes, orquestales y muy épicas compuestas por Óscar Araujo que, la verdad, ponían los pelos de punta de lo buenas que eran y lo bien que se utilizaban a lo largo de la aventura.
Como dijimos al principio, podemos debatir sobre si Lords of Shadow debería haberse llamado Castlevania o no (aunque, eso sí, el título está plagado de guiños y referencias para los fans), pero lo que está muy claro es que como aventura de acción es un auténtico juegazo.
Lamentablemente, ni sus contenidos descargables ni sus dos secuelas (Mirror of Fate y Lords of Shadow 2) supieron estar a la altura, dejándonos con unos títulos que si bien eran entretenidos, resultaban extremadamente irregulares y hacían gala de algunas decisiones de diseño incomprensibles. ¿Lo peor? Que desde entonces Konami no nos ha dado un nuevo Castlevania, solo recopilatorios de entregas pasadas, dos series de animación en Netflix (fantásticas y muy recomendables) y un título para móviles que no nos terminó de convencer.
¿Y a vosotros qué os pareció? ¿Os convenció la forma en la que MercurySteam reinició la saga? ¿Creéis que no debería haberse llamado Castlevania? ¿Os gustaría una remasterización de esta trilogía o una nueva entrega con este estilo? ¿Cuáles fueron vuestros momentos favoritos? Os leemos en los comentarios.















