Castlevania: Dawn of Sorrow cumple 20 años, un videojuego que se estrenó en Nintendo DS como una apuesta particular de Konami por una plataforma que acababa de salir al mercado. Desde el estudio japonés, y más en concreto Koji Igarashi, buscaban ofrecer algo distinto, pero sin que se alejara de las señas de identidad de la saga Castlevania.
En más de una ocasión, Igarashi comenta que experimentó con varias de las funciones de la portátil, incluyendo el control táctil y el micrófono, pero llegó a la conclusión de que nada debía distraer al usuario de la acción, de la jugabilidad clásica de esta legendaria franquicia. Eso sí, el juego abrazó una remarcada estética anime, y es que sabían que tenían que apelar a los gustos del usuario habitual de las portátiles de Nintendo.
La llegada de Castlevania a Nintendo DS
Castlevania: Dawn of Sorrow destacó en Nintendo DS por el aprovechamiento de la doble pantalla, mostrando en la superior el mapa y elementos de progresión y equipamiento de nuestro protagonista. Esto hacía que el juego fuese indirectamente más ágil y satisfactorio. También se dio algo de protagonismo al stylus, pero de forma muy puntual durante los jefes para sellarlos mediante unos trazos en pantalla que iban aumentando su complejidad.

Más allá de esto, nos encontramos ante una evolución de Castlevania: Aria of Sorrow para Game Boy Advance, y más en concreto una continuación de su historia, que es de lo más interesante, aunque seremos muy crípticos para ahorrar spoilers. Básicamente, recuperamos el protagonismo de Soma Cruz, esta vez -por así decirlo- con la misión de evitar la resurrección de Drácula. Para ello debe enfrentarse a una organización cultista con perversas intenciones.
Todo esto se materializa en un juego que recupera muchas de las cosas que definen a un Castlevania, como los elementos plataformeros, dinámicas de progresión roleras y por supuesto una dificultad exigente. Además cuenta con un icónico sistema de almas que permite potenciar la magia asociada. La variedad de armas es otro aspecto a destacar, con distintos atributos de velocidad, alcance y poder, algo que proporciona variedad a los enfrentamientos.

El diseño del castillo es importantísimo, con un mapa intrincado separado en distintas secciones, cada una con su propio tema musical. En este juego escuchamos las composiciones de Michiru Yamane, que nos sorprendió con un repertorio muy reconocible, realizado de hecho con dicha intencionalidad. Era muy Castlevania, con la recuperación de temas clásicos y el añadido por supuesto de otros completamente nuevos y de estupenda calidad.
La recepción de Castlevania: Dawn of Sorrow por parte de crítica y usuarios fue destacada, con puntuaciones muy altas en la mayor parte de medios. Las ventas no fueron espectaculares, pero en la línea de la saga por aquel entonces. Tuvieron que pasar muchos años hasta que lo viéramos de nuevo como parte del recopilatorio Castlevania: Dominus Collection que está disponible para PC, PlayStation 5, Xbox Series y Nintendo Switch.
El juego tenía secretos que ampliaban la rejugabilidad, varios finales y elementos multijugador (podéis ampliar detalles con el análisis que publicamos en Vandal). Sin duda, fue un título destacado dentro de la franquicia, y ahora te toca a ti comentarnos qué es lo que mejor recuerdas de Castlevania: Dawn of Sorrow y cómo lo descubriste, además de si recomiendas jugarlo en la actualidad. ¿Es uno de tus Castlevania más queridos?















