Aunque la saga Fallout técnicamente solo cuenta con cuatro entregas numeradas, son muchos más los juegos que componen la obra postapocalíptica de Bethesda. Aunque uno de sus padres cree que quizás deberíamos plantearnos su nivel de violencia, lo cierto es que cada entrega suele generar bastante expectación. Incluso su serie, que ya tiene segunda temporada en marcha ha sido una magnífica sorpresa que ha ayudado a vender muchas más unidades de Fallout 4. Pero hay una entrega que muchos pasarían por alto, para bastante gente es de los mejores y parece perfecto para entender la segunda temporada de la serie: hablamos por supuesto de Fallout: New Vegas, desarrollado por Obsidian Entertainment (que hace poco nos trajeron Avowed tras un largo desarrollo y están enfrascados en la secuela de The Outer Worlds) y que podéis jugar sin coste adicional si sois suscriptores de GamePass y PS Plus Premium.
Teniendo en cuenta el final de la primera temporada, parece bastante claro que los personajes de la adaptación de Prime Video llegarán a la zona del Mojave donde tiene lugar el juego. Volver a visitar este lugar vendrá muy bien para no perderse ninguno de los detalles que sin duda incluirán las aventuras de Lucy, Cooper y Maximus mientras desentrañan los secretos del nuevo mundo.
Fallout: New Vegas, la joya de la saga muchas veces olvidada pero uno de los mejores juegos de la saga
New Vegas tiene un inicio atípico para lo que suele ser el comienzo de uno de los juegos de la saga. En lugar de ser el habitual morador de uno de los Refugios de Vault-Tec, nuestro personaje protagonista es un mensajero al que pegan un tiro en la cabeza en su último encargo. Ain't that a kick in the head que decía la canción de Dean Martin. Una cosa llevará a la otra y nos tocará meternos de lleno en los conflictos entre las facciones que dominan New Vegas, que incluso tras un apocalipsis sigue siendo una zona de juego, vicio y negocios más que turbios.
Hasta para lo que suele ser Fallout, la violencia y luchas de poder están por encima de la media. Mientras el mensajero busca respuestas al agujero extra que le abrieron en el cráneo se las verá con algunos antiguos secretos de Vault-Tec, así como con la habitual Hermandad del Acero, el ejército de la Nueva República de California... y la Legión, uno de los grupos más aterradores de este universo (que ya es decir). Por supuesto también hay pequeñas facciones locales que intentan controlar desde las zonas salvajes hasta el Strip, aunque tengan más posibilidades de terminar crucificados.
A la hora de jugarlo, sigue las mismas mecánicas que el resto de la saga. Es un RPG de acción donde tus decisiones influyen en el desarrollo de los acontecimientos e incluso pueden tener efectos permanentes en los mapas. Unas facciones pueden eliminar a otras, las bases pueden terminar arrasadas, las rutas de comercio verse afectadas... Todo por supuesto con los sistemas de combate habituales que incluyen armas de fuego, láser, tesla, bombas, armas cuerpo a cuerpo improvisadas y el V.A.T.S. que permite apuntar a partes concretas del cuerpo de los enemigos.
El carácter desenfadado y brutalmente sarcástico de Obsidian queda notablemente plasmado en cómo se desarrolla el juego. Hay momentos absurdos y tan fuera de lugar como necesarios para darle personalidad al juego, e incluso hay una perk inicial para que haya situaciones ridículas y eventos que no verías de ninguna otra manera, incluyendo una referencia a Indiana Jones en la forma de una nevera capaz de soportar una explosión nuclear.
New Vegas cuenta además con algunas de las mejores expansiones de Fallout, que ya es decir si las conocéis. Si bien la expansión Point Lookoout de Fallout 3 es la favorita del que suscribe, Lonesome Road y Old World Blues son de lo mejorcito y más interesante que podéis encontrar.
Recordad que jugarlo en PlayStation es algo complicado (os hará falta una PS3 y una copia del juego o la versión en streaming de PS Plus Premium) pero podéis disfrutarlo en PC o en Xbox vía GamePass sin muchos problemas, más allá de algún bug persistente que ha sobrevivido al paso del tiempo.
