Algunas veces, hacer un buen juego no te garantiza tener un éxito arrollador. Ni siquiera tener buenas críticas. En la actualidad vivimos en una época en la que muchísimos lanzamientos se solapan unos a otros y es difícil seguirles el ritmo a todos. Así, sucede que de cuando en cuando grandes obras que merecían más reconocimiento pasan sin hacer mucho ruido, especialmente aquellas de corte más indie que no pueden permitirse el desembolso en una campaña de marketing de millones de dólares.
Hace ahora poco más de un año llegaba al mercado una obra que refleja perfectamente esta problemática de la que estamos hablando. Don't Nod, el estudio francés tras la serie Life Is Strange, publicaba un juego pequeño, diferente y muy bonito que, por desgracia, no lograría vender por encima de las expectativas comerciales del equipo. Un golpe injusto para sus creadores, sobre todo teniendo en cuenta que estamos ante una de las joyas tapadas del 2023. Aunque nunca es tarde para descubrirla y darle una oportunidad, ¿verdad?
La meditativa aventura de escalada que te fascinará por su ambientación
El juego que hoy queremos recomendaros se titula Jusant, y está disponible para PC, PlayStation 5 y Xbox Series X/S desde el 31 de octubre del 2023. En este título los jugadores nos ponemos en la piel de un joven muchacho con un objetivo: escalar hasta lo más alto de la cima de una gigantesca torre en la que antaño vivía una civilización.
Sin prácticamente más ayuda que nuestras manos y nuestro sistema de cuerdas y pitones, tendremos que ir trepando poco a poco este enorme pilar rocoso y árido que se alza por encima de las nubes y en el que todavía quedan restos y antiguos escritos de las personas que residían entre sus cuevas y acantilados.
Jusant, que recibe este título de un vocablo en francés que se utiliza para describir el retroceso del agua del mar -lo que está directamente relacionado con la ambientación del juego, ya que tiempo atrás la torre estaba rodeada por un océano-, es uno de esos títulos que entra por los ojos inmediatamente y que hace mucho con muy poco. En cierta manera, nos propone una aventura meditativa y relajada que recuerda a juegos como los de Fumito Ueda (Ico, Shadow of the Colossus).
La aventura va directa al grano y se divide en varios capítulos que a su vez se desarrollan en distintos biomas de la torre. Así, en cada sección, encontramos diferentes características que refrescan la jugabilidad y proponen algún nuevo reto; ya sea valernos de fuertes corrientes de viento para alcanzar lugares alejados, tener cuidado del intenso calor del sol que puede agotar nuestra resistencia más rápidamente o usar elementos de la naturaleza para progresar.
En todo este viaje introspectivo y sereno nos acompaña Balasto, una pequeña criatura de agua que nos puede echar un cable para darnos pistas sobre el camino a seguir y los posibles secretos que se esconden en la torre; una serie de coleccionables (principalmente cartas y anotaciones) que nos sirven para comprender mejor el mundo del pasado y dan cohesión a la peculiar ambientación de la obra, digna de una de las historias del Studio Ghibli.
En este sentido, cabe destacar que el sistema de escalada sobre el que se cimenta el juego es simple, pero tremendamente orgánico y verosímil. De forma similar a la escalada de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, por ejemplo, el protagonista tiene una barra de resistencia que se va agotando progresivamente. No obstante, en todo momento podemos pulsar un botón para descansar y recuperar algo de aliento, además de utilizar pitones para asegurar los tramos que avanzamos o descolgarnos con la cuerda para hacer rápel.
Se podría decir que estamos ante un sistema arcade de simulación de escalada, suficientemente profundo para transmitir el peso de los movimientos al jugador, pero suficientemente accesible para que resulte divertido y fácil de comprender en apenas un minuto. Una jugabilidad que, excepto por algún que otro pequeño bug episódico, se siente estupenda y es muy agradable en todo momento.
El colofón a esta experiencia interactiva que propone Jusant se cierra con su excepcional apartado audiovisual. Tanto en lo gráfico como en lo sonoro el juego es un auténtico espectáculo que atrapa nuestros sentidos. El diseño artístico así como su paleta de colores suaves y sus formas estilizadas o su iluminación son un deleite para la vista, pero también los cuidadísimos efectos de sonido y la sutil y elegante banda sonora -que sabe cuándo entrar en acción y cuándo mantenerse en silencio- engrandecen fabulosamente ese sentimiento de soledad y reflexión que busca provocar la obra.
En definitiva, si no habías oído hablar de Jusant hasta ahora, aún estás a tiempo de descubrir esta joya, sobre todo si tienes suscripción a Xbox Game Pass ya que está disponible en el catálogo. Es una aventura que va al grano y dura alrededor de 5 a 6 horas y está hecha para esos jugadores que disfrutan de un reto pausado con una ambientación memorable, una historia con mensaje (que no necesita palabras habladas para emocionar) y un sistema de escalada muy gozoso, de lo mejor que encontrarás en el medio. Si le das una oportunidad, estamos convencidos de que no te decepcionará.