El review bombing es una práctica cada vez más extendida en Internet que suele afectar, sobre todo, a la industria del videojuego. Ya sea para expresar descontento con las decisiones de una compañía, desinformar o alimentar la cansina guerra de consolas de la que algunos jugadores han hecho su cruzada personal, no resulta extraño ver cómo muchos juegos reciben una avalancha de críticas extremadamente negativas por motivos injustos, falsos o irreales que dejan su nota media por los suelos en las páginas que permiten que los usuarios voten y dejen sus opiniones.
Estados Unidos contra el 'review bombing'
Esto es, evidentemente, un problema que puede dificultar que otros jugadores puedan hacerse una opinión más o menos bien formada sobre aquellos títulos que han llamado su atención. Sin embargo, el review bombing podría tener los días contados.
Esto se debe a que la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos está planeando prohibir la publicación de análisis falsos por parte de los usuarios. Por supuesto, la prohibición comienza por los contenidos generados por personas que no existen, como una IA, aunque también se extiende a quienes publiquen un análisis de un producto que no hayan experimentado en persona. De igual manera, también serán objeto de esta nueva ley aquellos análisis que transmitan una experiencia que no sea representativa de la realidad del producto.
Dentro de estos supuestos, escribir análisis negativos en protesta por un cambio de un juego, como ocurrió hace unos meses con Helldivers 2, dejaría de ser legal. Más allá del review bombing, la nueva ley prohíbe la compra de análisis, ya sean negativos o positivos, y obliga a que los análisis especifiquen la relación del autor con el producto.
Otro caso interesante al que apunta esta nueva ley es el que atañe a las compañías que poseen tanto webs de análisis como de desarrollo de videojuegos, las cuales ya no tienen permitido decir que sus opiniones son "independientes" en los medios que controlan.
Finalmente, se prohíbe el mal uso de redes sociales, como la compra y venta de seguidores. Lo que no queda muy claro es cómo la Comisión Federal de Comercio pretende controlar esto, ya que plataformas como X tienen el uso de bots demasiado extendido.