Ya hemos hablado en otros títulos de esta selección que hemos hecho en Vandal de nuestros mejores juegos de 2023 sobre la suerte que tenemos los amantes de los puzles. Es increíble la cantidad y la calidad de títulos que hemos recibido tanto en este como en los últimos años, innovando con mecánicas nunca vistas y puliendo otras conocidas. Quizás, a medio camino entre lo conocido y lo todavía por conocer se encuentra Cocoon, un fascinante título que nos llega de la mano de Geometric Interactive, con Jeppe Carlsen –el diseñador jefe de la jugabilidad de Limbo e Inside– a la cabeza.
Esferas como solución y problema
Cuando jugamos bastante, es relativamente fácil ver una imagen o un tráiler y saber perfectamente a lo que vamos a jugar. Con Cocoon, no teníamos ni idea, y el mero hecho de que un juego sea capaz de sorprendernos a estas alturas con su jugabilidad ya es digno de mérito. En esencia, es una aventura de puzles muy sencilla en lo que respecta a mecánicas, que giraba en torno a utilizar diferentes esferas para modificar el escenario y, así, poder avanzar. Y, todo esto, usando únicamente un botón.
Desde una perspectiva aérea en tercera persona, tendríamos que ir utilizando las diferentes habilidades de cada esfera –una disparaba rayos, la otra activaba puentes, otra una especie de pilares o ascensores...– para abrirnos camino. Ah, ¿hemos dicho que cada esfera también contenía uno de los escenarios? Esto, unido a que sólo podíamos llevar una esfera a la vez, abría las puertas a un mundo de gestión interesantísimo, en el que muchas veces ver la «solución» del puzle era fácil, y la dificultad radicaba en cómo conseguir llevar una esfera concreta hasta el sitio adecuado.
Es cierto que no era un juego demasiado difícil, y que no era hasta los compases finales cuando de verdad la cosa empezaba a complicarse. Aun así, era capaz de ofrecer una experiencia muy entretenida, en la que priorizaba la variedad y la experiencia del jugador a la complejidad como tal. Todo ello, por supuesto, envuelto en un mundo tan particular y extraño como las anteriores creaciones de Jeppe durante su época en Playdead.
Un mundo tan desconocido como inesperado
Al igual que los mencionados Limbo e Inside, además de trasladarnos a un universo desconocido, Cocoon prescindía de cualquier tipo de texto en pantalla o tutoriales. Teniendo en cuenta que las mecánicas de Cocoon son bastante más complejas y potencialmente menos lógicas, creemos que hay que aplaudir el fantástico trabajo que hace enseñándonos a jugar de manera totalmente orgánica, de manera muy respetuosa con el jugador y, además, efectiva.
Por supuesto, no podemos únicamente mencionar de paso este mundo. La ambientación es, sin duda, uno de los pilares de la aventura, que nos sorprende constantemente tanto o incluso más que los puzles. Sus colores, sus formas, sus criaturas... es un derroche de imaginación que consigue atraparte, y que le da un toque de personalidad que es difícil de encontrar en otros juegos. Por último, la minimalista banda sonora servía de guinda del pastel para terminar de hacer esta experiencia aún más memorable.
Un botón, infinitas posibilidades
Una de las razones por las que Cocoon se ha convertido en uno de nuestros juegos del año es porque echamos de menos títulos que cogen una mecánica, experimentan con ella y la pulen al máximo. Títulos que son capaces de hacer con un botón cosas más sorprendentes que otros juegos usando todos los botones de un mando. Títulos donde más en menos, y donde cinco horas son más memorables que cincuenta. Lo recomendamos muchísimo en su momento, y trabajando en esta lista no hemos hecho más que reafirmarnos. Cocoon es uno de los grandes de este 2023 y, si os gusta el género, un imprescindible.