BioWare, una de las desarrolladoras estrella de Electronic Arts, anunció a finales del pasado mes de agosto el despido de aproximadamente 50 trabajadores debido a una reorganización necesaria para cumplir con los objetivos de la compañía y convertirse en un "estudio más ágil y centrado". Ahora, algunos exempleados de BioWare han despedido a la desarrolladora porque no están satisfechos con la indemnización que han recibido por los despidos. Concretamente, la demanda la han interpuesto siete afectados por los despidos que trabajaron una media de 14 años en la empresa.
Tras negarse a aceptar las relativamente "bajas ofertas" de BioWare, los empleados "solicitan una indemnización por despido justa e incluyen una petición de daños punitivos por lo que consideran un trato irrazonablemente deficiente", según sus representantes legales. "A la luz de los numerosos despidos recientes en la industria y del hecho de que los acuerdos de confidencialidad de BioWare nos impiden mostrar cualquiera de nuestros trabajos recientes en Dragon Age: Dreadwolf en nuestras carteras, estamos muy preocupados por las dificultades que muchos de nosotros tendremos para encontrar trabajo a medida que se acerque la temporada navideña", ha declarado uno de los miembros del grupo.
R. Alex Kennedy, el abogado de los siete empleados, comentó lo siguiente: "BioWare intentó reducir su obligación para con estos empleados muy por debajo de lo que suelen conceder los tribunales, incluso eliminando prestaciones de su indemnización por despido, lo que parece contrario al Código de Normas Laborales".
El jefe de BioWare prometió 'empatía y respeto' con los trabajadores afectados
"Para cumplir con las demandas de nuestros futuros proyectos, mantener el estándar más alto de calidad y asegurar que podamos prosperar en una industria que está evolucionando rápidamente debemos virar a un estudio más ágil", comunicó Gary McKay, jefe del equipo. "Nos permitirá hacer cambios más rápidamente, desbloquear más creatividad y dar una visión clara de lo que estamos construyendo antes de acelerar el desarrollo". McKay prometió un "proceso llevado con empatía, respeto y comunicación clara" para los afectados.