Blasphemous 2, la secuela directa del aclamado metroidvania en dos dimensiones desarrollado por el estudio español The Game Kitchen, se pone hoy a la venta para PS5, Xbox Series X/S, Nintendo Switch y PC, momento en el que los jugadores podrán experimentar de primera mano la cantidad de novedades y giros de tuerca que incluye esta continuación respecto al original.
Como decíamos, Blasphemous 2 es una segunda parte de pleno derecho que no sólo toma la base de todo aquello que hizo bien la primera obra, sino que la amplía hasta niveles insospechados para enriquecer enormemente la experiencia de juego. Es por ello que, ya que el título cuenta con una cantidad importante novedades y cambios, hemos decidido realizar un artículo en el que encontraréis un resumen de los principales atractivos de esta secuela.
Tres armas para tres estilos de juego diferentes
El combate en Blasphemous 2 se ha expendido hasta el punto de que el título nos permite hacer uso de tres armas (una espada, dos espadas y un incensario), cada una de ellas con un estilo de juego diferente y que nos ofrece ventajas frente a cierto tipo de enemigos. Las posibilidades del combate son mucho más amplias y variadas que las que ofrecía el primero, ya que, cuando conseguimos obtener las tres armas, podemos alternar entre ellas en tiempo real durante nuestras peleas, algo que da mucho "juego" por sus diferentes utilidades y mecánicas. Como podréis imaginar, al haber más herramientas para defendernos, el bestiario se ha ampliado en consecuencia con nuevas y letales criaturas.
Por si fuera poco, las tres armas no sólo sirven para luchar, sino que también son de gran utilidad durante las secciones de exploración. Esto significa que habrá varios momentos en los que deberemos usar un arma específica para resolver un pequeño rompecabezas e incluso combinar el poder de varias de ellas.
Un enfoque mucho más metroidvania que el primero
A nivel jugable, Blasphemous 2 conserva el cóctel de retantes secciones de plataformas, intensos combates y elaborada exploración de áreas interconectadas que tanto gustó del primero, aunque en esta ocasión nos encontramos ante un título que se decanta claramente por la vertiente metroidvania. De esta manera, aunque sigue habiendo un gran enfoque en el desafío de las peleas, algo que queda patente en la cantidad de jefes finales que podemos encontrarnos durante la aventura, Blasphemous 2 se parece más a un metroidvania de la vieja escuela que su predecesor, por lo que nos hace volver más veces sobre nuestros propios pasos (backtracking) y nos invita a recorrer escenarios repletos de acertijos, mecánicas únicas y con un diseño más intrincado y laberíntico.
En resumidas cuentas, es un juego que huye de la linealidad para ofrecer una exploración muy satisfactoria y que siempre recompensa la curiosidad del jugador, ya que esconde un sinfín de secretos y encargos secundarios hasta en los lugares más recónditos de sus zonas.
Un sistema de controles refinado
Obviamente, al haber un mayor foco en el movimiento de Penitente por el escenario, Blasphemous 2 ofrece un control mucho más ágil, preciso y con mejores físicas que las del original, cuyo peso jugable recaía más en las peleas que no tanto en la investigación de los entornos. Esto se traduce en que nuestro avance por el mapa está condicionado, en gran medida, por las habilidades (saltos dobles o impulsos aéreos, por ejemplo) y las herramientas que vayamos consiguiendo y desbloqueando a medida que progresemos en nuestro viaje.
Una aventura más asequible que la del original
No os llevéis a engaño: Blasphemous 2 no es un juego fácil, aunque sí que ofrece una aventura más asequible y en la que moriréis menos veces que en su predecesor. Esto se debe a que, aunque los jefes finales ofrecen combates de gran intensidad y espectáculo, la dificultad de esta secuela radica más en saber cuál debe ser nuestro siguiente paso. Dicho de otra manera, aunque el juego nos invita a mejorar nuestras habilidades a los mandos y a dominar sus sistemas de juego para salir airosos de los enfrentamientos, en esta ocasión nos tocará estrujarnos más los sesos para dar con la clave que nos permitirá proseguir.
Tal y como os contamos en nuestro análisis, Blasphemous 2 cuenta con una dificultad mejor equilibrada, algo que se traduce en que es más permisivo si damos un paso en falso y caemos irremediablemente en una trampa mortal. Asimismo, cuenta con menos trampas engañosas que nos hagan dar vueltas innecesarias para volver al punto al que nos encontrábamos antes de morir, por lo que la progresión es más satisfactoria.
Un apartado audiovisual de ensueño
Aunque no es una novedad per se, sobre todo si tenemos en cuenta que Blasphemous fue alabado en su momento por su apabullante y excepcional dirección artística con una estética pixel art, cabe destacar que Blasphemous 2 ha subido la apuesta con mejores fondos en los escenarios, diseños de personajes y enemigos completamente nuevos, y una paleta de colores más viva y colorida que marca algunas diferencias importantes con los tonos apagados de la primera parte.
Como no podía ser de otra manera, Blasphemous 2 también está respaldado por una impecable banda sonora compuesta por Carlos Viola que es capaz de ponernos los pelos de punta en los momentos clave de la historia y que seguramente se quedará grabada a fuego en vuestra retina. Por si no fuera suficiente, el título llega doblado al español con unas voces e interpretaciones inmejorables y que denotan pasión y talento.
