¿Cómo motivar a los más jóvenes a interesarse por la programación? Facilitándoles el acceso a ella y buscando que se diviertan creando sus propios juegos. Esa es la principal razón de Pip, una consola portátil que busca que los más pequeños puedan programar y disfrutar de sus videojuegos y que ha lanzado su campaña de microfinanciación en Kickstarter con el objetivo de lograr 33 000 euros antes del 14 de diciembre.
Una 'Switch para jóvenes programadores'
Pip es una especie de consola portátil, que al igual que Nintendo Switch, permite que los jugadores puedan disfrutar de sus videojuegos en cualquier, separando incluso sus controles a los lados de la pantalla. Pero su objetivo es bien distinto.
Pip se basa en un estándar abierto de Raspberry Pi, pues busca que los usuarios más jóvenes, puedan programar, aprender rutinas y código abierto, y además, jugar a sus propios videojuegos.
La máquina usa una Raspberry Pi Compute Module 3 Lite, una batería estándar de smartphone -para otorgarle portabilidad-, una pantalla de 800x480 píxeles completamente táctil, un puerto y salida HDMI y un par de USB. No puede parecer especialmente deslumbrante en lo técnico, pero tampoco lo busca. Lo importante viene auspiciado por el software.
En su interior encontramos una herramienta de programación propia llamada Curiosity, que permite conectar por WiFi la consola a ordenadores y ahí, elaborar nuestros propios juegos. La máquina soporta Pyton, Lua y Google Blockly, así como PHP. Sus creadores defienden que Pip tiene una serie de herramientas únicas, que buscan guiar y ayudar al usuario, así como muchísimos módulos que ofrecerán desde emulación a control de dispositivos externos en forma de impresoras 3D o cámaras web.
Pip se lanzará en agosto de 2018 por un precio de 197 euros si decidimos apoyar su Kickstarter, que tenéis aquí.