Cuando Valve anunció las Steam Machines en 2013, los jugadores mostraron su entusiasmo por unas máquinas para el salón, similares a consolas, pero con el catálogo de Steam compatible con SteamOS. Ahora ese interés ha decrecido según el cofundador de Alienware, Frank Azor, y la causa es Windows 10.
"Creo que el entorno hace dos años era muy diferente al de hoy. El catalizador para la iniciativa Steam Machine eran las decisiones de Microsoft con Windows 8. Estábamos preocupados como industria de perder jugadores de PC en otros sistemas, fuesen consolas, Mac OS X o Android".
Según Azor, esta es una de las decisiones que llevó a Alienware a llegar a un acuerdo con Valve para lanzar sus propias Steam Machines con SteamOS: "Teníamos que tratar el asunto nosotros mismos porque no podíamos confiar en Microsoft".
Cuando Valve tuvo problemas con Steam Controller en 2014 y retrasó Steam Machine a 2015, Alienware ajustó sus plataformas para hacer funcionar Windows.
"Creo que Microsoft ha aprendido una lección valiosa con Windows 8 e intentaron hacer lo correcto con Windows 10. Todavía ofrecemos SteamOS y Steam Machine con la nueva versión de la alfa, Steam Machine R2, y todavía vendemos cientos de unidades, miles cada mes. Pero no es una iniciativa prioritaria para nosotros como lo era hace dos años porque no es necesaria ahora. Estamos en una buena posición con Windows".