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La mano muerta: el sistema 'zombi' de último recurso de Putin por si muere en un ataque nuclear a Rusia

El dispositivo semiautomático tiene su origen en la Unión Soviética y sigue activo.

En el corazón de las tensiones globales, un viejo fantasma resurge de los días más sombríos de la Guerra Fría: la 'mano muerta'. Suena como el título de una novela distópica, pero lo más terrorífico es que es real. Este sistema ruso, conocido oficialmente como Perimeter, es un mecanismo semiautomatizado que promete una represalia nuclear apocalíptica incluso si todos los líderes del Kremlin han sido eliminados. Un legado del pasado que hoy cobra un aterrador protagonismo en medio de amenazas y guerras actuales, como el conflicto entre Rusia y Ucrania al que ya se han sumado otros países.

Es el botón de pánico definitivo

¿Qué hace tan especial a esta mano muerta? Básicamente, es el botón de pánico definitivo. Diseñada para activarse si detecta explosiones nucleares en territorio ruso y no recibe señales de vida del alto mando, lanza un misil de comando. Pero este misil no lleva bombas; lleva órdenes. Desde el aire, coordina un ataque masivo activando todos los misiles nucleares que Rusia aún tenga operativos. Es el último grito de un país herido, asegurando que si cae, se lleva a todos consigo.

Rusia dice que no es completamente automático

El sistema, admitido públicamente por el comandante ruso Serguéi Karakaev en 2011, podría lanzar más de 6.000 ojivas nucleares. Un contraataque que, según los expertos, bastaría para borrar del mapa a Estados Unidos en menos de 30 minutos. Y aunque Rusia insiste en que no es completamente automático, el hecho de que un solo soldado en un búnker pueda decidir el destino del mundo debería quitarnos el sueño. Basta un error humano, un falso positivo o un malentendido para que el fin comience con solo apretar un botón.

Pero no es solo una máquina de destrucción; es también una herramienta de poder. Perimeter no solo busca garantizar represalias, sino que sirve como una amenaza psicológica, una carta que Rusia juega para disuadir a sus enemigos de cualquier movimiento precipitado. Sin embargo, su existencia plantea preguntas inquietantes: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llevar el juego del miedo? ¿Qué pasa si alguien decide que, después de todo, este botón debe presionarse?

Mientras el mundo observa cómo se intensifican las tensiones entre Rusia, Ucrania y Occidente, la 'mano muerta' recuerda lo cerca que vivimos del abismo. Desde su supuesto centro de operaciones, oculto bajo toneladas de granito en los Urales, este sistema zombi espera dormido. Pero si alguna vez despierta, no habrá vuelta atrás. ¿Estamos preparados para un mundo donde la última palabra la tiene una máquina?