El año 2025 ha cobrado un interés particular entre los seguidores de profecías y visiones apocalípticas debido a las inquietantes coincidencias entre Baba Vanga y Nostradamus. Ambos visionarios, separados por siglos y contextos culturales, han señalado un panorama oscuro para Europa en este año, con advertencias de guerras devastadoras, crisis sanitarias y colapsos económicos. Aunque sus profecías están lejos de contar con bases científicas, continúan generando fascinación y temor entre creyentes, claro. Por lo que, obviamente, lo mejor es tomarse esta clase de casualidades como algo 'divertido' que comentar entre amigos, en vez de como un plan profético de cara al futuro de la humanidad.
Baba Vanga y el "principio del fin" para Europa
Baba Vanga, conocida como la "Nostradamus de los Balcanes", predijo que en 2025 comenzaría el "principio del fin" para Europa, marcado por un conflicto devastador que alteraría el continente para siempre. Esta vidente, famosa por anticipar eventos como la caída de las Torres Gemelas y el inicio del conflicto en Ucrania, describió un escenario de caos global que afectaría no solo al continente europeo, sino también a la humanidad en su conjunto.
Nostradamus y sus alusiones a guerras y pandemias
Por su parte, Nostradamus, el boticario y astrólogo francés del siglo XVI, dejó escritos que aluden a "guerras crueles" y una "antigua plaga", que podrían azotar Europa en 2025. Aunque sus profecías son notoriamente vagas y abiertas a múltiples interpretaciones, los seguidores del francés encuentran paralelismos entre sus visiones y los actuales conflictos geopolíticos, como la guerra en Ucrania y las tensiones en Oriente Próximo.
La coincidencia en las predicciones de ambos visionarios ha avivado el debate sobre la posibilidad de un desastre global. Si bien las interpretaciones dependen en gran medida de quienes las analizan, el contexto actual de tensiones bélicas y crisis climáticas añade una dimensión de urgencia a sus advertencias. La falta de fechas específicas y detalles claros en las profecías dificulta su verificación, pero su impacto cultural y mediático sigue siendo significativo.
