La cuenta atrás para Zelda: TOTK - Phantom Hourglass (2007)
Ya queda muy poco para disfrutar de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, que se pondrá a la venta el 12 de mayo, y que como os contamos en nuestras impresiones, tiene una pinta espectacular. Para hacer más llevadera la espera, cada día de aquí hasta su lanzamiento vamos a repasar un juego de la saga, desde los más recientes hasta los más antiguos.
The Legend of Zelda: Phantom Hourglass (2007)
The Legend of Zelda: Phantom Hourglass tiene todo lo que cualquier fan esperaría de una entrega de corte clásico de esta gran saga de Nintendo. En esencia, se trata de un Zelda de los pies a la cabeza que nos invita a embarcarnos en una aventura en alta mar en la que debemos sortear numerosos obstáculos y batirnos en duelo con criaturas de lo más variopintas, todo ello mientras exploramos varios conjuntos de islas, resolvemos puzles y nos dejamos maravillar por su impecable factura técnica, bastante espectacular en su momento al tratarse de un juego exclusivo para Nintendo DS.
No obstante, si por algo es recordada esta entrega portátil es por el atrevimiento que tuvo Nintendo a la hora de desterrar los controles clásicos para apostar completamente por un control táctil mediante el stylus de la consola. Una decisión arriesgada y que se ganó ciertos detractores dentro del fandom, aunque también recibió aplausos por la manera tan original con la que aprovechaba las características tan únicas que ofrecía la consola.
La secuela directa de The Wind Waker
Centrándonos en el plano argumental, cabe recordar que la historia que nos cuenta Phantom Hourglass se ubica unos meses después de The Legend of Zelda: The Wind Waker, por lo que estamos hablando de que es una secuela que mantiene a su elenco de personajes principales. Asimismo, Phantom Hourglass conserva la estética cel-shading que tanto dividió a los fans en su momento y que propició el retorno de un estilo visual más realista en The Legend of Zelda: Twilight Princess, aunque en este caso la cámara de juego se cambió a una perspectiva cenital para amoldarse a las capacidades de DS.
Las comparaciones son odiosas y, en este caso, pueden llegar a ser algo crueles. Dejando a un lado los aspectos técnicos, The Wind Waker es un juego con un argumento mucho más trabajado y relevante para la serie, ofrece mazmorras con desafíos y rompecabezas infinitamente más interesantes y, en definitiva, se podría decir Phantom Hourglass siempre sale mal parado en cualquier apartado que lo comparemos con su hermano mayor. Ahora bien, pese a que como continuación deja mucho que desear -las conexiones con la trama de The Wind Waker son mínimas-, si lo tomamos como un juego independiente sujeto a las limitaciones de DS, cumple con creces con su función de hacernos vivir una buena aventura.
Un uso inteligente de las funciones de DS
De entre todo los títulos que podemos encontrar en el extensísimo catálogo de DS, Phantom Hourglass es uno de los que mejor supieron exprimir las bondades de la consola. El uso de las capacidades de la portátil no solo se limitó al movimiento de Link y al combate con espada mediante el stylus, sino que los creativos de Nintendo se las ingeniaron para aprovechar de manera muy imaginativa la doble pantalla, el micrófono integrado e incluso su capacidad de plegarse.
En Phantom Hourglass es posible usar el micrófono para hablar y llamar la atención de un personaje, plegar la consola para estampar un sello, garabatear un mapa para tomar notas, trazar el rumbo de nuestro navío con el lápiz táctil y la trayectoria de multitud de objetos clave... Se nota que el equipo detrás de su desarrollo diseñó el título con la idea en mente de que fuese una completa demostración de cómo se podía adaptar la jugabilidad de un título a DS.
Un pequeño naufragio en algunos aspectos
Phantom Hourglass es un juego entretenido y disfrutable que acierta en casi todo lo que se propone, aunque hay ciertos aspectos negativos y criticables que lo alejan de estar en lo más alto de la franquicia. Abriremos el melón comentado el Templo del Rey del Mar, probablemente uno de los calabozos más tediosos de toda la serie por tres factores muy claros: la obligatoriedad de superar la mayoría de sus estancias en sigilo, el contrarreloj y el hecho de tener acudir a ella en numerosas ocasiones y tener que repetir una y otra vez secciones que ya habíamos superado. Por otro lado, la experiencia de surcar los mares se ve mermada por unos trayectos que pueden hacerse demasiado largos debido a la exagerada distancia entre algunos objetivos, además de que no suelen ocurrir situaciones demasiado estimulantes durante estos.
Aún con todo lo malo que le podamos sacar, Phantom Hourglass no deja de ser un The Legend of Zelda, por lo que cualquier jugador que esté mínimamente familiarizado con la fórmula de la saga puede llegar a pasárselo en grande si pasa por alto sus asperezas. Además, vale la pena darle una oportunidad tan solo por la manera tan destacable que tiene de aprovechar las características de DS.
A continuación podéis consultar los anteriores artículos de nuestra cuenta atrás hasta Tears of the Kingdom:
- The Legend of Zelda: Link's Awakening (2019)
- The Legend of Zelda: Breath of the Wild (2017)
- The Legend of Zelda: A Link Between Worlds (2013)
- The Legend of Zelda: Skyward Sword (2011)
- The Legend of Zelda: Spirit Tracks (2009)
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Más sobre The Legend of Zelda: Phantom Hourglass
The Legend of Zelda: Phantom Hourglass es una aventura de acción desarrollada y publicada por Nintendo para Nintendo DS. La primera entrega de la saga exclusiva de la portátil de doble pantalla, con un peculiar gameplay en el que tenemos que utilizar la pantalla táctil para mover a Link, luchar, resolver puzles y navegar en barco para visitar distintas islas, secuela directa de The Wind Waker de GameCube.