Si algo demostró Sonic Mania es que desarrolladores independientes pueden entender mejor una saga que sus propios creadores. Sega parece estar dispuesta a que equipos pequeños tomen el relevo de sus sagas abandonadas, y Streets of Rage 4 apunta a ser el siguiente título dispuesto a revivir una leyenda. Pero ¿por qué han pasado casi tres décadas desde aquella última entrega? ¿Porqué hasta ahora no han vuelto esos nudillos descubiertos de Mega Drive? La respuesta, como siempre, pasan por modas, éxitos y decisiones comerciales, pero no por falta de intentos.
El primer intento fallido
Hace ya bastantes años os hablábamos del Street of Rage HD en desarrollo en Barcelona que no vio la luz del día, pero mucho antes, Sega había intentado dar continuidad a la saga. Tras el salto a Saturn, lo lógico era adaptar estos combates callejeros a las tres dimensiones, y aunque nunca se anunció oficialmente, parece ser que la compañía japonesa tenía algo en marcha. Core Design, los creadores de Tomb Raider, les ofrecieron a Sega hacer Streets of Rage 4 para Saturn, algo que los padres de Sonic rechazaron porque tenían sus propios planes. Se dice que Sega aceptó en un primer momento y que luego se echó atrás porque la desarrolladora quería hacerlo multiplataforma, aunque ésta no es la versión oficial. En cualquier caso, Core decidió crear su propia saga, que acabó convirtiéndose en Fighting Force, y cuya versión para Saturn se canceló en el último momento.
A día de hoy desconocemos cuáles eran los planes de Sega para Streets of Rage en Saturn, pero no es descabellado pensar que querían adaptar una de sus sagas más conocidas a su nueva consola. Pero el éxito no terminaba de llegar a la sucesora de Mega Drive, y varias de sus grandes sagas estaban pasando por problemas a la hora de adaptarse a las tres dimensiones. Así, Sega decidió mover algunos de sus desarrollos más importantes a Dreamcast, y Streets of Rage 4 podría haber sido uno de ellos.
Cómo llegó a Dreamcast es algo que no sabemos, pero que hubo un proyecto en desarrollo sí que está claro. La creación de este título comenzó cuando los 128 bits de Sega estaban todavía lejos de lanzarse, por lo que podríamos estar hablando de 1997 o incluso antes. La división nipona de la compañía comenzó a planear una adaptación que aprovecha las tres dimensiones, y pensamos que en un primer momento simplemente experimentó con diferentes ideas para ver cuál podría encajar mejor.
Nuevas ideas por explorar
Arriba podéis ver un vídeo filtrado de esta versión, que creemos que no es exactamente una «versión». Ese vídeo, en nuestra opinión, está compuesto de varios conceptos, que muestran diferentes acercamientos a la saga que, seguramente, los desarrolladores presentarían a los productores para ver cuál les gustaba más. Así, hay uno con una especie de mapa más abierto, que nos permite explorar con más libertad, otro de scroll lateral como los clásicos, otro centrado en el multijugador a través de internet, otro centrado en los combos con un segundo jugador...
Lo más curioso era la idea de implementar un sistema de combate en primera persona, que parecía cambiar por completo la jugabilidad, pudiendo bloquear de manera que recordaba más a un combate de boxeo que a la espectacular lucha callejera a la que estamos acostumbrados. Tenemos que dejar claro que lo que vemos aquí es, simplemente, una serie de propuestas generadas por ordenador, que ni siquiera funcionaban en la consola, y se desconoce si alguna llegó a avanzar, aunque nos atreveríamos a decir que ninguna lo hizo.
Parece, eso sí, que Sega volvió a intentarlo algún tiempo después. Es posible que el equipo que propuso los conceptos del vídeo recibiese otro proyecto y, al terminarlo, intentasen retomar la saga de nuevo. Como reveló el compositor Yuzo Koshiro, en septiembre de 1999, ya con Dreamcast en la calle, Sega volvió a poner en la mesa otro prototipo. De éste sólo tenemos algunos bocetos, pero parece claro que querían retomar la esencia clásica de varios luchadores, cada uno con su estilo y sus propios combos. Todos los personajes eran nuevos, aunque Bum, aparentemente, era el hijo de Axel. Al igual que el otro prototipo, éste tampoco avanzó demasiado, y quedó para siempre guardado en un cajón olvidado de una oficina.