Hay pocas dudas de la importancia que presenta el juego de Motiga dentro de la estrategia de este año y del futuro para Microsoft. A pesar de no ser un estudio perteneciente a la multinacional de Redmond, hay suficientes lazos entre ellos y los creadores de Gigantic como para saber que no es casual que sea el MOBA de referencia tanto para Xbox One como para Windows 10.
Motiga, empresa fundada por uno de los diseñadores de Starcraft, también tiene entre sus empleados a algunos ilustres ex de Microsoft. Su presencia en la feria alemana se extendía desde la zona de Windows 10, la zona Business de Microsoft, los eventos que hicieron antes del comienzo de la feria, y apariciones más o menos fugaces en otro tipo de espacios como la zona de Twitch, de eSports y de juego en familia.
Con todo, me resultó curioso que no fue en Microsoft donde nos convocaron para explicarnos las excelencias de este nuevo juego, sino en un stand separado, donde la gente de Ico Partners, viejos conocidos del género online (no en vano está fundada por antiguos NC Soft) que ya han trabajado con estudios similares, nos hizo una muy buena presentación. Se ve que dominan este tipo de proyectos, y tras asignarnos a cada medio una persona que nos explicó las reglas básicas, al poco tiempo nos asignaron a alguien diferente según el tipo de personaje que eligiéramos.
Gigantic como la mayoría de MOBA, tiene una serie de personajes cliché, que se adaptan mejor a un tipo de jugadores u otros. Yo personalmente prefería alguien rápido y con combate cuerpo a cuerpo (en Gigantic por ejemplo hay un personaje que es muy interesante en este aspecto llamado "Tyto el Raudo"), que por desgracia ya había pedido otro de mi equipo, así que me tuve que conformar con un tanque muy reconocible llamado Margrave, que sinceramente me resultó bastante cómodo de manejar.
En concreto, el personaje que acabé manejando aguanta daño como un campeón, puede desviar proyectiles, y tiene varios ataques cuerpo a cuerpo que, junto con su resistencia, provocan el terror en las filas enemigas. Nada más empezar la partida, vemos varios detalles que nos indican que el juego de Motiga no viene a ser un League of Legends más, y de hecho es perfectamente compatible el que no estés atraído por títulos como el de Riot, con que este juego si te llame la atención. Aunque siempre será más lógico interesarse por Gigantic si te gustan los MOBA claro está.
El primer detalle es la cámara. Nada de cenital o a distancia, Gigantic se controla con una cámara en tercera persona, como si hablásemos de un Gears of War o similares. No es el primer título del estilo que lo hace (ahí tenéis el ejemplo de Smite) pero sí que tiene más diferencias que el juego de Hi Rez Studios. Esta cámara tiene mucho sentido si pensamos que el juego se ha diseñado también para ser jugado en Xbox One, con lo que jugarlo con un mando como el de la consola de Microsoft tiene tanto sentido como si preferimos darle a la ya clásica combinación de ratón y teclado.
De hecho, con esta configuración las posibilidades son las siguientes: usar el ataque principal, usar el ataque secundario (estas dos se hacen con los botones del ratón), movernos, y usar las diferentes habilidades que tengamos a nuestra disposición, que como suele pasar en estos juegos tienen su tiempo de recarga, así que no podremos abusar demasiado de ellas. Por suerte, podemos mejorar nuestro personaje conforme ganemos experiencia, subiendo sus puntos de vida, resistencia, daño o mediante un árbol de elecciones en cada una de sus habilidades especiales, lo que permite que a pesar de que dos equipos tengan el mismo personaje, sea muy probable que cada uno de ellos sea diferente en la práctica.
Al poco de empezar veremos otras diferencias notables. Lo primero, un guardián enorme a nuestro lado, que es el que da nombre al juego. Lo segundo, unas líneas blancas que indican hacia qué punto del mapa nos vamos a dirigir tras un gran salto, y que resulta una gran idea para dar un alto dinamismo a la partida.
Tras usar cualquiera de estas líneas nos enfrentaremos a cualquiera de los cinco enemigos (o varios de ellos a la vez, si nuestra estrategia ha sido algo peor que la de los rivales) en la activación de los diferentes puntos claves del mapa, los que nos permitirán por un lado mejorar a nuestro guardián (que suele ser una Naga, un Grifo, un Dragón, u otro gran animal fantástico), y por otro lado invocar a una serie de criaturas de apoyo que podrán defender una posición, atacar a los rivales o sanarnos cuando pasemos cerca.
Cuando ya estén los puntos controlados por uno u otro equipo es cuando realmente empieza la partida. Aunque la jugabilidad básica es pegarse personaje con personaje, hay que tomar un montón de decisiones en forma de elegir cuál es el siguiente paso que va a realizar el equipo. ¿Nos quedamos defendiendo nuestras posesiones y contraatacamos? ¿Nos fiamos de nuestras defensas y nos abalanzamos sobre las posesiones rivales? ¿Dividimos el equipo entre defensa y ataque y tenemos una estrategia mixta? Todo eso mientras subimos de nivel, y mientras el guardián propio y el rival también va interaccionando durante la partida.
Ser derrotado provocará que nuestro guardián (que al final es lo más importante) baje sus defensas, mientras que derrotar enemigos además de darnos puntos de experiencia mejora también nuestro guardián, que se animará poco a poco a atacar, y sinceramente, es la mejor de las armas posibles para derrotar al guardián rival. De hecho, puede ser que durante la partida acabemos presenciando un enorme combate entre guardianes en medio del nivel, momento en que las zonas conquistadas no servirán para nada, salvo que haya personajes invocados que si pueden desnivelar la balanza.
Lo cierto es que la partida fue divertida, con momentos de alternativas en el poder según las decisiones de los equipos y los guardianes, y en todo momento reconoces a los enemigos rivales, sus ataques, ves el efecto de tus habilidades, y es fácil aprender a progresar y a mantener el ritmo. El aspecto visual es muy atractivo, con un estilo que recuerda a los dibujos animados para público más bien adulto pero en tres dimensiones, y realmente parece que hay juego para rato.
A finales de agosto se podrá disfrutar de la beta cerrada en PC, y más bien cerca de fin de año podremos jugarlo en Xbox One. Gigantic es un buen contendiente en este género, con su propio estilo (diferente cámara, diferentes reglas, nada de minions sino una figura gigante por cada equipo), su propio aspecto gráfico, y mucha personalidad en sus personajes y escenarios. Habrá que esperar para ver qué tal les queda la versión final, pero la que hay ahora promete bastante a los jugadores que disfrutan de este tipo de juegos.
